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29/05/2020 / Barcelona

Diálogos desde Casa: ‘Memoria y democracia’, con Rubén Chababo, director del Museo Internacional para la Democracia

Sexta edición de Diálogos desde Casa, versión on line y adaptada a las circunstancias del original Diálogos en Casa. Nuestra directora, Marta Nin, conversa con Rubén Chababo, director del Museo Internacional para la Democracia (Rosario, Argentina) y profesor de la Universidad Nacional en Rosario, donde imparte un seminario especializado en derechos humanos y memoria. Director del Museo de la Memoria en Rosario (2002-2014), ha colaborado con el Centro Nacional Colombiano de la Memoria Histórica y ha sido coordinador principal de derechos humanos en el Ayuntamiento de Rosario.

Ver Diálogos desde Casa con Rubén Chababo

En esta conversación, Rubén Chababo reflexiona sobre cómo vamos a recordar la actual pandemia, cuenta la situación concreta que se vive en Argentina y, en este contexto, señala que la memoria será poco útil si se limita a hacerse eco del dolor causado. Subraya que cobrará sentido si se erige en vehículo para repensar las circunstancias que nos han llevado hasta aquí y ayuda a construir un futuro mejor: “Somos depredadores del medio ambiente. Hemos priorizado nuestra voracidad, nuestro egoísmo, sin pensar en la solidaridad”.

En relación con los museos de la memoria, Chababo plantea los interrogantes y desafíos a los que se enfrentan para transmitir mensajes a las nuevas generaciones. Apoyándose en la exposición Ausencias del fotógrafo argentino radicado en Barcelona Gustavo Germano que Casa Amèrica produjo en 2007 y que ha viajado por numerosos países, resalta la importancia de la “herramienta artística” capaz de explicar lo que tanto le puede costar a las palabras. También se detiene en los grandes dilemas de los lugares de memoria: ¿Cómo no banalizar esa memoria dura? ¿Cómo atrevernos a formular las preguntas incómodas? “Con la memoria no basta”, sentencia.

Tras recalcar que no permite la apología del delito, afirma que, no obstante, le interesa escuchar la voz de los victimarios en los centros de memoria: “Cuando intentan excusarse se incriminan todavía más”. Por otra parte, opina que su voz brinda la posibilidad de corroborar que “aquel perpetrador es un ser humano y no un monstruo”. Concluye que esas voces deben estar orientadas en un guion museográfico para propiciar la reflexión crítica de la ciudadanía.

A partir de las experiencias de los diversos países y de las “fusiones” que se puedan facilitar en el tratamiento de la memoria, el director del Museo Internacional para la Democracia de Rosario se refiere a lo que aprendió en Colombia y valora muy positivamente todos los esfuerzos realizados para conseguir la paz. En paralelo, lamenta las políticas que han impedido consolidar unos acuerdos que, en su opinión, podrían haberse constituido en una especie de matriz para tratar conflictos tan enquistados como el de Israel y Palestina.

Con respecto al Museo Internacional de la Democracia, Rubén Chababo admite que el proyecto parecía una locura en un principio y que existía el convencimiento de que las atrocidades correspondían a tiempos de dictadura: “Hoy lo horroroso ocurre en democracia”, enfatiza. Exponiendo los casos de Brasil y Estados Unidos –realidades que a su juicio arrojan preguntas sobre la democracia– y recordando que la democracia está construida sobre decenas de miles de cadáveres, sostiene que el Museo Internacional de la Democracia es un marco que pone en escena los dilemas de un sistema por el que se debe pelear para conseguir su consolidación.