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22/02/2006 / Barcelona

Resolver las demandas de los colectivos indígenas es el desafío del proceso constituyente y autonómico boliviano, afirma el economista y politólogo Andrés Tórrez.

El economista y politólogo boliviano Andrés Torrez ha sido el primero de los ponentes en intervenir en la primera mesa redonda, titulada “Movimientos políticos y procesos actuales”, de las primeras Jornadas Americat XXI “Bolivia: la refundación de un país. Los desafíos de una oportunidad histórica” organizadas por el ICCI / Casa Amèrica Catalunya. Para el experto, el proceso constituyente y autonómico iniciado en Bolivia bajo la preponderancia del “tsunami azul” –en referencia al color del partido Movimiento al Socialismo (MAS) del presidente del país Evo Morales, que obtuvo casi el 54% de los votos en las elecciones del pasado mes de diciembre- tiene como gran reto resolver las demandas de los colectivos indígenas.

El economista y politólogo boliviano Andrés Torrez ha sido el primero de los ponentes en intervenir en la primera mesa redonda, titulada “Movimientos políticos y procesos actuales”, de las primeras Jornadas Americat XXI “Bolivia: la refundación de un país. Los desafíos de una oportunidad histórica” organizadas por el ICCI / Casa Amèrica Catalunya. Para el experto, el proceso constituyente y autonómico iniciado en Bolivia bajo la preponderancia del “tsunami azul” –en referencia al color del partido Movimiento al Socialismo (MAS) del presidente del país Evo Morales, que obtuvo casi el 54% de los votos en las elecciones del pasado mes de diciembre- tiene como gran reto resolver las demandas de los colectivos indígenas.

“El desafío actual de Bolivia es todo lo contrario a quedarnos con el sabor de la desilusión”, ha afirmado Torrez que ha comparado al país con Frankestein –“no porque sea un monstruo sino porque tiene una crisis de identidad”, ha precisado- y con un Ferrari,“que no es el mejor vehículo para transitar por caminos rurales y llevar a una familia de 10 personas”. Con estas asociaciones, Torrez ha subrayado su tesis de que Bolivia, fundada en 1825, “se ha ido construyendo con copias de otros países impuestas sin identidad y sin participación”.

Ya en el contexto actual, el economista ha recordado que Bolivia es una “compleja diversidad de personas mestizas y de todo tipo” y ha advertido de la peculiar situación que se registra en las denominadas Tierras Bajas, con unos 200.000 habitantes de 31 grupos étnicos distintos y en donde desde la década de los 90 se han instalado tres grupos indígenas –“colonizadores”, “cocaleros” y “movimiento sin tierra”- para mejorar su calidad de vida. La distribución de tierras, la ley de hidrocarburos, las autonomías, la elección de prefectos y la Asamblea Constituyente son los temas de conflicto para este país andino que ha detallado el experto. A pesar de todo ello, “Bolivia está ante una oportunidad sin precedentes para construir una nación en paz”, ha remarcado.