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02/03/2007 / Barcelona

“En Iberoamérica no tenemos noción de la importancia de la historia musical”, se lamenta el crítico argentino Jorge de Persia en la sesión inaugural de “Músicas del exilio”

El ciclo “Músicas del exilio”, organizado por Casa Amèrica Catalunya y la Asociación Catalana de Compositores (ACC), ha arrancado con una autocrítica hacia el nulo interés existente en Iberoamérica sobre su pasado musical. “No tenemos noción de la importancia de la historia”, ha dicho el crítico musical argentino Jorge de Persia en la sesión inaugural, dedicada a “Catalunya-Argentina, un diálogo constante”, y en la que también ha intervenido el compositor y presidente de la ACC, Domènec González de la Rubia. Hasta el 28 de junio, “Músicas del exilio” propone un recorrido, con charlas y actuaciones, por las relaciones entre la música y los músicos catalanes y latinoamericanos a lo largo de los últimos trescientos años.

El ciclo “Músicas del exilio”, organizado por Casa Amèrica Catalunya y la Asociación Catalana de Compositores (ACC), ha arrancado con una autocrítica hacia el nulo interés existente en Iberoamérica sobre su pasado musical. “No tenemos noción de la importancia de la historia”, ha dicho el crítico musical argentino Jorge de Persia en la sesión inaugural, dedicada a “Catalunya-Argentina, un diálogo constante”, y en la que también ha intervenido el compositor y presidente de la ACC, Domènec González de la Rubia. Hasta el 28 de junio, “Músicas del exilio” propone un recorrido, con charlas y actuaciones, por las relaciones entre la música y los músicos catalanes y latinoamericanos a lo largo de los últimos trescientos años. “El campo de la música es uno de los más afectados por esta ausencia de memoria. Y si bien existe una concepción de la historia de la música muy trabajada en Centroeuropa, eso no es así en nuestro país y en América Latina. Sin ir más lejos, del compositor del himno nacional argentino, el catalán de Mataró Blai Parera, prácticamente se ha perdido la pista”, ha señalado de Persia.El experto también ha explicado que en el siglo XX hubo una serie de exilios de músicos catalanes hacia América Latina, donde se encontraron con otras dictaduras. “Pese a esta compleja situación histórica, fue posible un interesante intercambio entre músicos de aquí y de allí”, ha remarcado.Entre los compositores catalanes que marcharon hacia Argentina, destaca Jaume Pahissa, a pesar de que, ya mayor, le costó adaptarse. Otro ejemplo fue la poco conocida compositora catalana Montserrat Campmany, de quién el maestro Pau Casals estrenó obras suyas en los años 20 y 30 del siglo XX. La cantante Conxita Badia también marchó hacia Buenos Aires, así como otras personalidades del mundo de la cultura, como la actriz Margarida Xirgu o la soprano María Barrientos, que tuvieron un papel cultural muy interesante en la capital argentina.Eln 1910 coincidieron lel escritor gallego Ramón María del Valle-Inclán, el pintor catalán Santiago Rusiñol y el músico Felip Pedrell, que estrenó en el Teatro Colón de la ciudad porteña su obra “Los Pirineos”. Pedrell decía de Argentina que era “el único país donde un músico puede vivir de su trabajo”, en relación al hecho de que la ciudad estaba absolutamente vertida al mundo de la música por el prestigio cultural que ello suponía. Hasta tal punto, que Pau Casals y otros, para referirse a Buenos Aires, decían “Conservatoriópolis”, ha afirmado Jorge de Persia.La gran escritora catalana Mercè Rodoreda confirmó esta sensación, diciendo que Buenos Aires estaba “infectada de escuelas y conservatorios de música, buenos, medios y malos”, a donde estaba muy bien visto socialmente enviar a los hijos. Allí “enseñaban incluso el puchero de Beethoven”, ha subrayado Jorge de Persia en su reivindicación de los vínculos musicales entre Catalunya y Argentina.