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30/03/2007 / Barcelona

La comunidad peruana inmigrante antepone su sentimiento familiar a la individualidad, según un estudio del antropólogo peruano Javier Ávila Moreno

Javier Ávila Moreno, antropólogo peruano y doctorante en la Universitat Autònoma de Barcelona, ha destacado en Casa América Catalunya la identidad homogénea y el sentido de colectividad de la comunidad peruana. En el marco de la conferencia “Inmigración, cultura y redes sociales”, Ávila ha presentado los resultados preliminares de su trabajo comparativo entre las comunidades peruana y argentina. A partir de diversas entrevistas, el antropólogo ha contrapuesto el sentimiento de pertenencia colectiva y familiar de los peruanos a la condición más individualista de los inmigrantes argentinos. A pesar de que en la mayoría de casos las dos comunidades han emigrado de su madre patria debido a las crisis económicas, mientras los primeros entraron al país de forma ilegal encontrando así un fuerte choque cultural debido al idioma, los segundos entraron rescatando sus orígenes comunitarios e insertando-se posteriormente en el mercado laboral de los autóctonos.

Javier Ávila Moreno, antropólogo peruano y doctorante en la Universitat Autònoma de Barcelona, ha destacado en Casa América Catalunya la identidad homogénea y el sentido de colectividad de la comunidad peruana. En el marco de la conferencia “Inmigración, cultura y redes sociales”, Ávila ha presentado los resultados preliminares de su trabajo comparativo entre las comunidades peruana y argentina. A partir de diversas entrevistas, el antropólogo ha contrapuesto el sentimiento de pertenencia colectiva y familiar de los peruanos a la condición más individualista de los inmigrantes argentinos. A pesar de que en la mayoría de casos las dos comunidades han emigrado de su madre patria debido a las crisis económicas, mientras los primeros entraron al país de forma ilegal encontrando así un fuerte choque cultural debido al idioma, los segundos entraron rescatando sus orígenes comunitarios e insertando-se posteriormente en el mercado laboral de los autóctonos.
 
A partir del estudio de diversas experiencias de integración culturales, Ávila ha determinado que es preciso estudiar la “cultura de la inmigración”, y no la inmigración de cultura. Eso significa tratar de reconstruir una nueva identidad sin que eso implique la pérdida de la “condición de inmigrante”.