Esta web utiliza cookies propias y de terceros para ofrecerte un mejor servicio. Al navegar, consideramos que aceptas su uso. Más información

Aceptar
05/12/2006 / Barcelona

La prensa española reconoce el triunfo de Chávez pero advierte de los riesgos de una perpetuación en el poder del líder bolivariano

Tras la reelección de Hugo Chávez como presidente de Venezuela, los editoriales de los principales diarios de la esfera catalana se han lanzado a diagnosticar qué suerte le deparará a partir de ahora a la sociedad venezolana. Tanto El Pais, como La Vanguardia, El Periódico o el Avui, tratan la cuestión con moderación pero conscientes de que la consolidación del chavismo acarreará importantes consecuencias en el complejo tablero latinoamericano.

Tras la reelección de Hugo Chávez como presidente de Venezuela, los editoriales de los principales diarios de la esfera catalana se han lanzado a diagnosticar qué suerte le deparará a partir de ahora a la sociedad venezolana. Tanto El Pais, como La Vanguardia, El Periódico o el Avui, tratan la cuestión con moderación pero conscientes de que la consolidación del chavismo acarreará importantes consecuencias en el complejo tablero latinoamericano.
 
Todos ellos coinciden en dos puntos clave: primero, que la victoria de Chávez es inapelable y legalmente indiscutible, y segundo, que la comunidad internacional ha subestimado una vez más al Comandante, que ha sabido aprovechar, según La Vanguardia, algo más que el momento de desahogo económico que vive el país gracias a la subida desenfrenada del precio del petróleo. “Al fin y al cabo, lleva ya ocho años en el poder”.  Aún así, este diario catalán lamenta que con Chávez “las libertades civiles retroceden peligrosamente y todavía se mantiene una rudimentaria libertad de prensa”. Mientras, la edición catalana de El Pais, con su editorial “Chávez, con alternativa” muestra cierto optimismo ante la unificación por primera vez de “la variopinta oposición” entorno a un candidato y advierte que a pesar de los resultados “Chávez no está en la mejor de las situaciones para hacer lo que le venga en gana”. Quien más favorable se muestra a la reedición del chavismo es El Periódico de Catalunya, que celebra que “algunos de los programas sociales impulsados por Chávez benefician directamente a los pobres de solemnidad”, aunque concluye que el éxito del populismo en Venezuela es el resultado de “la profunda crisis social” que vive el país. En el Avui, en cambio, parecen más escépticos y advierten que Venezuela no sale del pozo, a pesar de “la enorme potencialidad que permite la venta del crudo”. Este diario denuncia que el chavismo “prefiere las soluciones parciales, rápidas y efectistas en lugar de una auténtica política económica sólida, basada en la potenciación de los sectores productivos”.
 
Mientras, en el resto de España, otros periódicos como El Mundo y el ABC expresan sus malos augurios para una Venezuela que perpetúe el chavismo. “Chávez se quiere quedar como poco hasta 2021, para cumplir su sueño de celebrar personalmente el bicentenario de la batalla de Carabobo con la espada del libertador Simón Bolívar en la mano”, señala ABC. El Mundo, por su parte, denuncia que Chávez ha sacado provecho de su cargo político para lanzar “acciones populistas” como el adelanto del aguinaldo de Navidad entre los funcionarios o la inversión en programas sociales y misiones de 8.000 millones de dólares procedentes de la empresa estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA), “el gran casino que mantiene toda la economía venezolana”.
 Entre tanto, las ediciones digitales de toda la prensa catalana y española publican este martes las sospechas del Gobierno español de que Venezuela haya ofrecido la nacionalización a 4 etarras para evitar su extradición, además del posible pago de más de 325.000 euros a los miembros de la organización Sebastián Etxaniz Alkorta y Juan Víctor Galarza Mendiola como compensación por haberlos entregado en el año 2002 a la Justicia española. Así figura en el pacto al que se llegó entre Caracas y los dos etarras tras una denuncia que éstos presentaron ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.