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23/03/2006 / Barcelona

Lydia Almeida, Madre de la Plaza de Mayo: “Hay que saborear el movimiento de unidad latinoamericana que se está concretando poco a poco”.

Ha venido a Barcelona en representación de una organización ejemplar en todo el mundo: las Madres de la Plaza de Mayo argentinas, un colectivo que vive días de especial intensidad con motivo de los 30 años del golpe militar en el país austral y la posterior Dictadura (1976-1983) que dejó tras de sí el lúgubre balance de 30.000 desaparecidos. “Queremos saber la verdad y la vamos a lograr”, reitera Lydia Almeida, tocada con el característico pañuelo blanco que en su caso la acompaña desde hace 29 años.

Ha venido a Barcelona en representación de una organización ejemplar en todo el mundo: las Madres de la Plaza de Mayo argentinas, un colectivo que vive días de especial intensidad con motivo de los 30 años del golpe militar en el país austral y la posterior Dictadura (1976-1983) que dejó tras de sí el lúgubre balance de 30.000 desaparecidos. “Queremos saber la verdad y la vamos a lograr”, reitera Lydia Almeida tocada con el característico pañuelo blanco que en su caso la acompaña desde hace 29 años .

Su hijo Alejandro tenía tan sólo 20 años cuando el feroz aparato represor de la Dictadura militar argentina decidió que debía engrosar la lista de desaparecidos. Pero Lydia Almeida no se resignó y se convirtió en una de las impulsoras de un movimiento cívico, el de las Madres de la Plaza de Mayo, decisivo en la caída de aquel tiránico régimen en tanto que logró sacudir al mundo al denunciar, pacífica y eficazmente, el horror que padecía Argentina. “En 29 años jamás bajamos los brazos. Es una trayectoria de lucha inclaudicable y vamos a seguir resistiendo. Queremos saber la verdad y la vamos a lograr”, sostiene Almeida que recuerda que a aquellos 30.000 hijos argentinos “no pudimos enterrarlos ni hacerles el duelo”.

Una verdad que, 30 años después del fatídico golpe, parece estar más cerca que nunca y a la que puede ayudar la decisión del Gobierno de Néstor Kirchner de abrir los archivos y expedientes militares. “Este 2006 es una año esperanzador para América Latina y para Argentina en particular gracias a la decisión de Kirchner en defensa de los derechos humanos” dice Almeida a la que los ojos le brillan con especial intensidad cuando se refiere al mandatario argentino como un “presidente de la camada de los 50 años”, los mismos que ahora tendría su añorado hijo Alejandro.

“Con los presidentes de Chile, Bolivia, Venezuela y Argentina hay un movimiento de unidad latinoamericana que se va concretando poco a poco y que las Madres jamás nos imaginábamos que podríamos vivirlo, palparlo, saborearlo...”. “Utopía fue la que tuvieron nuestros hijos, los 30.000 desaparecidos argentinos por ese cambio por el que todavía falta mucho”, añade esta luchadora, una de las protagonistas de la primera jornada de recuerdo del trigésimo aniversario del golpe militar en Argentina celebrada en el ICCI / Casa Amèrica Catalunya en colaboración con el Foro América y en la que también han intervenido el abogado del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) de Buenos Aires, Pablo Ceriani y el escultor argentino Fernando Molina.