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22/11/2006 / Barcelona

Multitudinaria y emocionante presentación de “La verdad bajo la tierra”, un estremecedor libro sobre el genocidio del pueblo maya en Guatemala

“La verdad bajo la tierra. Guatemala, el genocidio silenciado” da a entender el dolor y cómo un ser humano puede sobrevivir tras ver a sus familiares masacrados o desaparecidos”, ha afirmado el autor del libro, el fotógrafo Miquel Dewever-Plana, en el transcurso de la presentación de este trabajo celebrada en Casa Amèrica Catalunya. Junto a Dewever-Plana, han intervenido en el acto Antoni Traveria, director general de la Fundación Casa Amèrica Catalunya; Sílvia Omedes, directora de la Fundación Photographic Social Vision ; Leopoldo Blume, editor; Carlos Jiménez Villarejo, jurista, y Silvia Villacorta, exiliada política guatemalteca. 5.000 de estos libros, que contienen un registro fotográfico de las exhumaciones de víctimas del genocidio así como testimonios de damnificados, se repartirán de forma gratuita entre las comunidades mayas de Guatemala gracias al apoyo al proyecto de la Agencia Catalana de Cooperación al Desarrollo y de Casa Amèrica Catalunya. (En la imagen, Carlos Jiménez Villarejo, y en segundo plano, Miquel Dewever-Plana)

“La verdad bajo la tierra. Guatemala, el genocidio silenciado” da a entender el dolor y cómo un ser humano puede sobrevivir tras ver a sus familiares masacrados o desaparecidos”, ha afirmado el autor del libro, el fotógrafo Miquel Dewever-Plana, en el transcurso de la presentación de este trabajo celebrada en Casa Amèrica Catalunya. Junto a Dewever-Plana, han intervenido en el acto Antoni Traveria, director general de la Fundación Casa Amèrica Catalunya; Sílvia Omedes, directora de la Fundación Photographic Social Vision ; Leopoldo Blume, editor; Carlos Jiménez Villarejo, jurista, y Silvia Villacorta, exiliada política guatemalteca. 5.000 de estos libros, que contienen un registro fotográfico de las exhumaciones de víctimas del genocidio así como testimonios de damnificados, se repartirán de forma gratuita entre las comunidades mayas de Guatemala gracias al apoyo al proyecto de la Agencia Catalana de Cooperación al Desarrollo y de Casa Amèrica Catalunya.
 
Dewever-Plana ha explicado que se propuso esta ingente labor en 1995 tras un encontronazo con el general Efraín Ríos Montt, ex presidente de Guatemala y señalado unánimemente como uno de los principales responsables del genocidio del pueblo maya con más de 200.000 muertos o desaparecidos en los años 80 del siglo pasado. “A Ríos Montt, uno de los peores verdugos del continente, no le gustó una pregunta que como periodista le efectué, y me amenazó. Fue entonces cuando me prometí contar lo que había hecho”. Y con una tímida sonrisa, ha añadido: “he cumplido lo que me había prometido”.
 
Impunidad
“La verdad bajo la tierra” es un documento que nos deja emocionados, impresionados y aterrados en tanto que expresión del terror impuesto por una Dictadura militar que no sólo eliminaba derechos sino que tenía como objetivo acabar con el pueblo maya”, ha terciado el ex fiscal anticorrupción español, Carlos Jiménez Villarejo, quien ha lamentado que “la justicia guatemalteca esté al servicio de la impunidad de esos criminales”. En este sentido, el prestigioso jurista ha reclamado que “la respuesta no sea nunca la pasividad” y ha alabado la insistencia de la premio Nobel de la Paz guatemalteca Rigoberta Menchú en su lucha por investigar esos crímenes contra la humanidad.
 
Leopoldo Blume, editor de “La verdad bajo la tierra”, ha apuntado que la publicación del libro coincide con el décimo aniversario de la firma de los Acuerdos de Paz en Guatemala. “Aquello no fue una guerra y sí un genocidio. Fue una lucha desigual ya que el 93% de las 667 masacres y matanzas contabilizadas fueron a cargo del estado y sólo el 3% por los grupos guerrilleros”, ha precisado. Blume ha recordado que, en relación a estos trágicos hechos, en Guatemala tan sólo una persona ha sido condenada.
 
Luz y silencio
En este contexto, Jiménez Villarejo ha calificado de “luz para el pueblo maya” la sentencia del Tribunal Constitucional español de septiembre de 2005 que “admite que esos hechos deben ser investigados en aplicación de la justicia universal”. Para el jurista, el fallo corrige la “actitud cobarde y tibia” de anteriores resoluciones del Tribunal Supremo que limitaban las investigaciones al episodio del asalto a la Embajada española en Guatemala en 1980.
 Para Miquel Dewever-Plana, el genocidio de Guatemala fue silenciado porque sus víctimas “no eran intelectuales o estudiantes sino mayas y campesinos”. El fotógrafo ha explicado que al principio “por miedo, nadie quería hablarme”, pero que una vez roto el hielo “había colas para dar su testimonio, para desahogarse”. Y ha añadido: “las víctimas, sus familiares, sus amigos me pedían: haga que el mundo sepa lo que hemos vivido y sufrido”.