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06/06/2007 / Barcelona

Sergio Benvenuto, director del Festival de Cine Pobre de Cuba: “Queremos cine de calidad, el que sea pobre o no es indiferente”

Por vez primera, y coincidiendo con su quinta edición, el Festival de Cine Pobre de Cuba que se realiza en la localidad de Gibara se presenta en Barcelona. Durante esta semana, Casa Amèrica Catalunya alberga una muestra de palmarés, con una selección de películas galardonadas –la mayoría iberoamericanas- en un certamen que se ha erigido en poco tiempo en uno de los referentes mundiales del denominado cine alternativo. Sergio Benvenuto, su director, remarca en la siguiente entrevista que el Festival de Cine Pobre no es un contrafestival sino “un lugar para el que llega con una obra de calidad” independientemente de los recursos destinados para la elaboración de la película y anuncia la próxima aparición del Festival de Cine Invisible de Gandía (España).

Por vez primera, y coincidiendo con su quinta edición, el Festival de Cine Pobre de Cuba que se realiza en la localidad de Gibara se presenta en Barcelona. Durante esta semana, Casa Amèrica Catalunya alberga una muestra de palmarés, con una selección de películas galardonadas –la mayoría iberoamericanas- en un certamen que se ha erigido en poco tiempo en uno de los referentes mundiales del denominado cine alternativo. Sergio Benvenuto, su director, remarca en la siguiente entrevista que el Festival de Cine Pobre no es un contrafestival sino “un lugar para el que llega con una obra de calidad” independientemente de los recursos destinados para la elaboración de la película y anuncia la próxima aparición del Festival de Cine Invisible de Gandía (España).
 
Esta edición en Barcelona del Festival de Cine Pobre, ¿qué significa para el certamen?
Ésta es la primera vez que hacemos una muestra de palmarés en Europa con todos los géneros del Festival representados. Para nosotros es un gusto que esta muestra esté en un sitio del prestigio de Casa Amèrica Catalunya por lo que hemos decidido hacer una muestra de palmarés con una presencia mayoritaria iberoamericana a pesar de que el Festival es internacional. También hay un espacio de Cuba específicamente asociado a la figura del Che, tema que suscita mucho interés, y éste puede ser un buen momento para reflexionar muchas cosas. Cuando te vas como evento al extranjero, eres consciente de que vas como proyecto cubano y al margen de ser un evento internacional: eso es lo que ocurre en la mayoría de ocasiones, que a la gente le va a interesar abordar temas relacionados con Cuba. Por suerte, Cuba es un país que suscita interés. Y conscientes de todo eso estamos aquí, con ganas de que nos salga bien.
 
“Cine pobre”, ¿qué quiere decir?
El “cine pobre” fue una estrategia ante los festivales de cine alternativos, que son muchos, y un poco definir e identificar dicha estrategia. Se identificó con ese nombre y se mantiene vivo, pero es antidogmático, no tiene un don específico ni bases estrictas y esa era la idea: hacer un festival liberal, con unas características particulares en un pueblo –Gibara (Cuba)– muy normal, muy humilde. Es un evento en el cual confluye no sólo el cine, sino la mejor vanguardia musical cubana. El Festival ha cogido prestigio en el país, puedes pedirle al músico que más te parezca que vaya gratis. Es un evento multicultural, estás una semana entre los pescaditos, el cine… sientes como te desintoxica...
 
¿Cómo surge la idea?
El Festival de Cine Pobre surge a partir de Humberto Solás, uno de los cineastas cubanos más importantes, quien después de 9 años de no haber filmado hace la primera película digital cubana en 2001 (“Miel para Oshun”), en un momento muy complicado por la resistencia de los productores a hacer cine digital porque al costar la tercera parte y emplearse el mismo tiempo deja de ser negocio... En fin, es un momento muy complicado, y Humberto, que es el que ha hecho las películas cubanas más caras, sale y hace la primera película digital. Y mientras filmábamos “Miel para Oshun”, de la que fui director artístico y colaborador en el guión, Humberto, estando en Gibara para una de las localizaciones, me dijo: quiero hacer en esta ciudad un evento informal, la gente está cansada de los festivales con alfombra... Nos hizo ilusión la idea, y en un momento, no puedo precisar cual, se la llamó Festival de Cine Pobre.
 
Hablando de alfombras... ¿desde Gibara cómo se contempla Hollywood o festivales como el de Cannes?
Gibara desea ser un festival informal, pero no se rige como un contrafestival. Es un festival que busca unir a cineastas que trabajan sobre la producción y el tratamiento de la imagen y no ser un festival de pasarela, donde todos los premios tienen dotación económica, porque tiene claro sus límites y posibilidades. Tiene los pies sobre la tierra y no entiende otro contexto, pero no es la tribuna de los lamentos. Gibara es un lugar para el que llega con una obra de calidad, y no para el que venga con que “soy pobre y traigo una obra”. Queremos calidad, el que sea pobre o no es indiferente. América Latina está muy saturada de eventos sobre lamentaciones que no nos interesan. Es un festival que traslada la imagen de práctico. Así ha pasado con la cobertura de los medios, que muchos otros festivales hubieran querido tener. Son cosas no fruto de la casualidad, sino del trabajo: guiones que se convierten en películas, productores que han encontrado dinero... Un conjunto de acciones logradas desde la sencillez del festival.
 
¿El cine latinoamericano, no debería mirar tanto a Estados Unidos?
En América Latina, persiste un perspectiva tradicional de hacer cine, sobre todo largometrajes. El cine latinoamericano siempre se hace con presupuestos grandes, ése es el deseo y en ese sentido en el Festival no estamos muy en sintonía. En este cine más alternativo, encontramos mucho más espacio en Europa que en la propia América Latina, e incluso más en Estados Unidos que en Latinoamérica .
 
Tras cinco años, ¿cuál es el futuro del Festival de Cine Pobre?
El Festival ha ido dando pasos para establecer algún tipo de alianzas, de incluirnos en redes. Pero en este sentido, no queremos dar pasos en falso porque está muy saturado el ambiente de redes que no acaban de tener ninguna función. Entre los ‘pobres’ de todos los lugares, suele haber muchas ideas, pero no tantas concreciones. Pero si hay muchos festivales que están haciendo cosas, que están siendo la verdadera ventana de distribución de lo qué es un audiovisual diferente, de un cine alternativo. Son muestras que están funcionando y hay que aprovecharlo, y por eso nosotros hemos celebrado, este año por primera vez, una reunión de directores de festivales internacionales en Gibara. Había 10 festivales internacionales y unos 4 cubanos representados. También estamos trabajando en extender, a través de la relación con otros eventos, la capacidad de influencia, uniéndote, creando alianzas con otros acontecimientos como la Alternativa de Barcelona. Y en este ámbito formamos parte de un nuevo festival que va a iniciarse en España, en Gandía, y del que soy miembro de la junta directiva al igual que Humberto Solás.
 
¿De qué se trata?Estamos a punto de anunciar el Festival Internacional de Cine Invisible. Si el Festival de Cine Pobre se ha centrado en el tema de la producción, el de Cine Invisible va a mirar al cine, anterior y contemporáneo, que de alguna manera no ha logrado y no logra acceder a los circuitos de distribución y producción. Buscando una perspectiva de rigor y teniendo como punto de referencia Gibara, será un evento multicultural que implique a la comunidad. En septiembre u octubre de 2008 tendremos el Festival de Cine Invisible, que será hermano del de Cine Pobre. Y abordará un tipo de cine que hay que investigar a través de las universidades porque se tratará de films que por razones comerciales, de censura, o por miles de motivos, no han podido llegar a la pantalla grande.