Miquel Dewever-Plana es un fotógrafo y antropólogo de largo recorrido con importantes premios como el Word Press Photo o el Joan Alsina de Derechos Humanos por un gran trabajo sobre el genocidio del pueblo maya en Guatemala. En la muestra "Entre dos aguas", expuesta en Casa Amèrica Catalunya hasta mayo, destapa las dramáticas consecuencias de la adaptación a la modernidad de los amerindios de la Guayana Francesa.
Miquel Dewever-Plana, fotógrafo y antropólogo: "Proyectos como 'Entre dos aguas' dan sentido y valor a mi trabajo"
Entre dos aguas se inauguró en un concurrido acto marcado por la emoción, la historia, la música y los testimonios de dos mundos, el occidental y el de los pueblos originarios de América, representados por las comunidades indígenas de la Guayana. Dos pueblos separados por algo más que sólo agua.
Miguel Albero, presidente del Patronato de la Fundación Casa Amèrica Catalunya, fue el encargado de abrir la inauguración junto a Miquel Dewever-Plana y Marta Nin, directora de Casa Amèrica Catalunya. Albero destacó la importancia de “saber cómo navegar entre estas dos aguas sin ahogarse, lo que desgraciadamente muchas veces es el caso”, en alusión a la compleja problemática que Dewever-Plana aborda en su trabajo, la adaptación a la modernidad globalizadora de las comunidades amerindias de remotas aldeas de la Guayana francesa.
Epidemia de suicidios
Miquel Dewever-Plana comenzó su intervención repasando su vínculo con Latinoamérica: "Empezó hace 25 años con las poblaciones mayas de México y Guatemala, para luego dar un giro hacia el sur y ver lo que estaba pasando en la Guayana Francesa y sus poblaciones indígenas”, explicó. Durante su estancia en el interior de esas recónditas selvas, se dio cuenta de una situación desconocida: “Había una epidemia de suicidios en el interior de estas comunidades”.
El fotógrafo se percató, además, de otras circunstancias que aumentaron su interés y curiosidad. “Un día andaban con su traje típico, y al día siguiente veías a las mujeres pintadas y con tacones, y a los hombres vestidos como los jóvenes occidentales. Eso me llevó a hablar sobre el problema de identidad que afecta sobre todo a la generación mas joven, quienes no saben si son indígenas; si son occidentales; si seguir siendo indígenas o si necesitan ser parte de esa modernidad que cada vez se acerca más a su mundo”.
Dewever-Plana también señaló que a través de sus fotografías buscaba evidenciar la "crueldad" del cambio al cual se ven sometidos los jóvenes indígenas que buscan en la educación de la Guayana Francesa nuevas oportunidades para su futuro: “A los 10 años deben dejar sus aldeas, sin saber mucho de las costumbres de sus antepasados: cazar, pescar y moverse por la selva sin perderse. Luego, regresan a los 17 años sin diploma, porque hay casi un 100% de fracasos escolares, y sin aprender nada dentro de nuestro mundo. Y tampoco tuvieron tiempo de aprender del suyo. Estas situaciones muchas veces llevan a estos jóvenes a optar por el suicidio”, contó el artífice de Entre dos aguas.
Valor de un trabajo
El fotógrafo culminó su intervención destacando la existencia de una edición gratuita para los protagonistas de la exposición y para los afectados por esta problemática. “En esta ocasión hemos impreso 1.000 ejemplares que ofrecimos a las familias indígenas de la Guayana y para las escuelas. Estas van acompañadas con un folleto pedagógico para que los padres y maestros sepan qué está pasando y cómo pueden ayudarlos a no caer en esta terrible epidemia de suicidios. Este tipo de cosas es lo que da sentido y valor a mi trabajo”, sentenció el artista franco-catalán.
Como es costumbre en las inauguraciones de exposiciones en Casa América Catalunya, se busca el diálogo entre las distintas disciplinas que convergen en la institución, por lo que el artista Pablo Schvarzman creó un collage musical para el evento, mostrando a través de su trabajo la mezcla de los dos mundos que Dewever-Plana contrapone en su obra visual.
La exposición Entre dos aguas permanecerá abierta al público hasta el mes de mayo con horario de visita de lunes a viernes, de 10 a 14 y de 17 a 20 horas. Entrada libre.
Actividad con el apoyo de la Diputación de Barcelona.