Se ha presentado en Casa Amèrica Catalunya el proyecto Casa Domingo que desde hace dos años se está llevando a cabo en Tegucigalpa, la capital de Honduras. Se trata de una casa tutelada donde jóvenes en situación de calle pueden acudir para intentar encontrar alternativas a su exclusión social y aprender a ser independientes. Cristina Olivencia, coordinadora del proyecto Casa Domingo, y Moncho Herrera, voluntario hondureño vinculado al proyecto (ambos en la imagen), han presentado las tres líneas de trabajo de esta iniciativa: el trabajo en la calle, para conocer las necesidades de los jóvenes y ganar su confianza; el centro de día, que organiza talleres y actividades; y la residencia tutelada, un espacio para vivir en el que los jóvenes aprenden a autogestionarse y ser independientes. “Casa Domingo les ayuda a conseguir sus objetivos de vida”, ha afirmado Cristina Olivencia, “y a recuperar su dignidad.”
Casa Domingo, una alternativa a la calle para los jóvenes de Tegucigalpa
Se ha presentado en Casa Amèrica Catalunya el proyecto Casa Domingo que desde hace dos años se está llevando a cabo en Tegucigalpa, la capital de Honduras. Se trata de una casa tutelada donde jóvenes en situación de calle pueden acudir para intentar encontrar alternativas a su exclusión social y aprender a ser independientes. Cristina Olivencia, coordinadora del proyecto Casa Domingo, y Moncho Herrera, voluntario hondureño vinculado al proyecto, han presentado las tres líneas de trabajo de esta iniciativa: el trabajo en la calle, para conocer las necesidades de los jóvenes y ganar su confianza; el centro de día, que organiza talleres y actividades; y la residencia tutelada, un espacio para vivir en el que los jóvenes aprenden a autogestionarse y ser independientes. “Casa Domingo les ayuda a conseguir sus objetivos de vida”, ha afirmado Cristina Olivencia, “y a recuperar su dignidad.”
El periodista Bru Rovira también ha asistido a la presentación, y ha apuntado a “la violencia institucional y estructural” que se vive en Centroamérica, fruto de años de inestabilidad política y del mantenimiento de “estados al servicio de las oligarquías.” Las crisis económicas endémicas, las migraciones internas y la desestructuración familiar y social que se vive en medios urbanos llevan a miles de niños, niñas y jóvenes a vivir en las calles, en entornos muy duros de supervivencia. “El salir adelante los lleva a luchar entre ellos”, ha explicado Moncho Herrera, buen conocedor del contexto hondureño. En Casa Domingo, muchos de estos jóvenes encuentran una oportunidad para mejorar sus condiciones de vida, aunque “las recaídas” o salidas del centro son habituales: según Cristina Olivencia, “están más enganchados a la calle que a la droga”.
Los educadores de Casa Domingo apuestan por el trabajo individualizado y los grupos reducidos para favorecer la creación de unos vínculos de confianza más fuertes. “El respeto es fundamental como metodología de trabajo”, ha matizado Cristina Olivencia, insistiendo en la idea de que son los propios jóvenes quienes toman sus decisiones y sobre quienes recae la responsabilidad del buen funcionamiento de Casa Domingo. “Es un espacio abierto de escucha y de acompañamiento, pero sobre todo es un entorno muy familiar. Los chicos necesitan cariño y recuperar su autoestima”, ha explicado Olivencia.
El proyecto de Casa Domingo está dirigido a jóvenes de entre 16 y 25 años, aproximadamente, un colectivo a menudo olvidado por los grupos de cooperación internacional. En Honduras, por ejemplo, existen muchos otros proyectos dirigidos a niños y niñas de la calle, pero no a adolescentes y a su problemática específica.
Más información sobre Casa Domingo y sobre las posibles vías de colaboración en www.injoca.org.