Clara Rojas, diputada y presidenta de la Comisión de Derechos Humanos del Congreso de Colombia, ha defendido en Casa Amèrica Catalunya los acuerdos de paz de La Habana aunque “el final del camino exija tragarse algunos sapos”.
Clara Rojas: ‘El final del camino exige tragarse algunos sapos’
Pablo Sánchez, director de Relaciones Internacionales del Ayuntamiento de Barcelona, ha introducido la intervención de Clara Rojas en una sesión presentada por la subdirectora de Casa Amèrica Catalunya, Marta Nin, con el auditorio de la entidad repleto de público.
“Vamos a apoyar al presidente Juan Manuel Santos para que saque adelante el proceso de paz”, ha subrayado Clara Rojas, quien estuvo secuestrada por la guerrilla de las FARC casi seis años. Durante su cautiverio fue madre de un niño.
“No tengo una aprehensión particular contra mis secuestradores. No se trata de que me pidan perdón a mí, somos 8 millones los colombianos víctimas del conflicto. Toda Colombia ha sufrido la guerra”, ha dicho Rojas.
“Escribir sobre mi secuestro me sirvió. El dolor genera frustración, así que lo guardé en una cajita y perdoné. Me ha funcionado y lo recomiendo”, ha afirmado en relación su traumática experiencia.
“En el Senado, a los ex-guerrilleros del M-19 los veo como colegas. No puede haber política con armas. La desmovilización del M-19 puede ser un referente para que los miembros de la guerrilla vuelvan a la vida civil”, ha añadido.
“Un país no puede llevar años y años matándose los unos a los otros. Es cuestión de supervivencia. Sin paz nos morimos como sociedad, nos volvemos inviables”, ha señalado con gran serenidad Clara Rojas tras insistir en que el gran desafío del Gobierno colombiano es “hacer pedagogía del acuerdo”. “Es más importante invertir en Educación o Salud que en el Ejército”, ha recalcado.
La diputada ha vaticinado para septiembre o octubre la celebración del “audaz” plebiscito con el que colombianos deberán refrendar o rechazar un acuerdo de paz a punto de anunciarse: “Es como la elección del Papa. Estamos pendientes de la fumata blanca”.