Con motivo del décimo aniversario de la muerte de Gabriel García Márquez convocamos la tercera edición del concurso de cartas El coronel sí tiene quien le escriba. Una iniciativa que invita a escribir una carta al coronel, protagonista de la novela El coronel no tiene quien le escriba que durante años espera recibir una misiva que le confirme la pensión a la que tiene derecho. El concurso hace parte de las jornadas Contarlo para recordarlo con las que homenajeamos a uno de los escritores más grandes de la literatura universal.
Concurso literario: El coronel sí tiene quien le escriba
“El coronel se metió en la hamaca a leer los periódicos. Pero en realidad estaba apenas sostenido por la esperanza de la carta. Salió a la calle estimulado por el presentimiento
de que esa tarde llegaría la carta”.
Te invitamos a escribirle una carta al coronel, personaje emblemático en la obra de Gabriel García Márquez que con dignidad y paciencia de buey espera desde hace quince años, una carta que le anuncie la asignación de su pensión por los servicios prestados a la patria durante la guerra de los mil días.
Tu carta no debe exceder una cara de un folio y debe incluir los datos de contacto (mail y teléfono) para contactar con la persona ganadora. La puedes escribir a mano, a máquina o en ordenador y puede ser en castellano o en catalán.
Gabo decía “La vida no es la que uno vivió, sino la que uno recuerda y cómo la recuerda para contarla”, así que a una década de su partida queremos contarlo para recordarlo con diversas actividades.
¿Cuándo y dónde enviar las cartas?
Tu carta la podrás enviar vía correo postal a la sede de Casa Amèrica Catalunya (c/Còrsega, 299. Entresòl. 08008 Barcelona) o entregarla personalmente entre el 10 de abril y el 14 de mayo de 2024, de lunes a viernes, de 10 a 20h.
¿Cuándo se conocerá la carta ganadora?
El nombre de los o las ganadoras se anunciará el lunes 27 de mayo a las 19:30h en la sede de Casa Amèrica Catalunya durante la presentación del libro Ciudad bajo palabra del artista colombiano Alexis Forero (Alekos).
Los premios
El o la galardonada con el primer premio recibirá un lote de libros de Gabriel García Márquez de tapa dura publicados por la editorial Penguin Random House y el segundo premio se llevará la misma colección, en edición de bolsillo. Las dos cartas seleccionadas serán publicadas en los canales de difusión de Casa Amèrica Catalunya y también se leerán en Ràdio Maconda, la radio comunitaria de las Bibliotecas de Barcelona.
Anímate. ¡El coronel espera tu carta!
Pd. ¿Quieres leer la carta ganadora de la primera edición del concurso? Leer aquí la de carta ganadora de 2015…
Quizá ahora esboce una sonrisa triste o piense que me burlo de usted, pero no es así. Sé que esta carta no le devolverá los días y las noches, ni la piel joven ni el cabello negro, ni la vitalidad, ni la salud de antaño. Pero puedo decirle, insisto, que todo aquello tuvo una razón de ser, y es este día, el preciso instante en que abre esta carta, mientras su gallo come los últimos granos de maíz que le quedan y que usted y su mujer hubieran devorado si la voluntad de ambos no fuera tan tenaz.
Su esposa tiene miedo, y es lógico, supongo que usted también lo tiene, es inevitable, es humano, pero ahora sabe que de nada sirve temer cuando ya todo está perdido. Porque un hijo lo es todo, ¿no es verdad, Coronel? Porque con él se van las ilusiones y las esperanzas. Que un hijo se vaya significa la negación del futuro: la nada. Pero, Coronel, si ya no hay futuro, ¿qué nos queda?
Me diría que sólo nostalgia de aquello que jamás volverá. Pero de algún modo, piénselo, Coronel, sigue con nosotros. Si hoy está convencido de que el gallo debe pelear, es porque el pasado se lo susurra al oído. Pregúntese por qué no lo hizo ayer ni hace unos años ni cuando su hijo vivía. ¿Por qué se lo dice precisamente ahora?
Porque siempre se lo ha dicho, pero no lo había escuchado. Nadie lo escucha hasta que llega a la encrucijada. Al instante mismo en que hay que tomar una decisión como la que usted ha tomado. Ya no hay vuelta atrás, hoy se enfrenta a la batalla más terrible, esa donde no se dispara una sola bala, pero donde lo arriesga todo. Por eso la espera ha valido la pena, Coronel. Hoy la vida cobra sentido. No importa si el gallo gana o pierde, lo importante es que lo va a echar a pelear.
Hasta siempre, Coronel.
carlos lópez-aguirre
Barcelona, abril de 2015
Pd 2. ¿Quieres leer la carta ganadora de la segunda edición del concurso? Leer aquí la de carta ganadora de 2022…
Macondo, 18 de septiembre de 2022
Estimado coronel, ¡No se le ocurra comerse mi carta! Ya sé que el papel de arroz y las fibras vegetales alimentan. Pero las palabras alimentan más. Léame con atención estimado coronel. Déjeme que lo alimente, aunque sea por un minuto, de esos que parecen eternos.
No me va a creer lo que le voy a contar: ¡Su gallito respingón fue el ganador de la contienda! Pero no me malinterprete, no quiero decir que derrotó a su enemigo, a espuela y pluma, eso usted ya lo sabe, sino que sobrevivió. Sobrevivir es ganar y en eso usted es especialista. ¿Alguien le contó lo que de verdad pasó aquel día? ¿quiere saberlo? Ya sé que no es la carta que usted espera. Que la pensión viene a lomo de hicotea coja, que el hambre acecha. Pero sepa usted estimado coronel que su poder sobrenatural de la paciencia me hace admirarlo profundamente. Una admiración que viene de antaño. ¿Le cuento lo del gallo?
Han pasado los años desde que nos cruzamos usted y yo, lo recuerdo en el puerto, esperando su carta. Y yo esperando que usted no perdiera la esperanza. Ya sé que de la esperanza no se alimenta nadie, pero la esperanza hace que caminemos hacia adelante. Su esperanza me alimenta.
¿Recuerda el gran día de la contienda? Ese día usted no se levantó de la cama, le dijo a su mujer que tenía fiebre, pero lo que tenía era miedo. No mintió del todo. La fiebre y el miedo se parecen mucho. Los dos hacen que deliremos un poco. Su gallo estaba brillante, las espuelas afiladas, la mirada audaz, la cola emplumada, el peso perfecto. El contrincante no hubiera podido derrotarlo. Era más débil, de esos animales que no miran a los ojos. Pero su gallo de pelea había comido de su mano. Se había alimentado de usted. Su gallo no iba nunca a aprovecharse de alguien más débil. Y tuvo su paciencia, se dejó picotear, se defendió lo justo y dejó que el otro ganara. Su gallo nos dio a todos una lección de humanidad.
Siéntase orgulloso coronel. Su gallo no perdió. Su gallo ganó. Su gallo nos dio esperanza. Ganar a toda costa aprovechándose de la debilidad no es una victoria. Mirar con compasión y resistir es de valientes. Su gallo nos dio mucha luz coronel, esa que, aunque no da de comer, nos alimenta el alma.
Gracias coronel. Resista, no se rinda. El día menos pensado, otro gallo cantará.
Afectuosamente,
L
Escrita por Liliana Moreno Camargo.
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