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Sinopsis: En El pacto de Adriana, la directora Lisette Orozco destapa el conflicto transgeneracional generado por la estera de silencio que, después de la dictadura en Chile, se instaló en las casas de muchas familias, incluida la suya. Cuando la tía que tanto idealizaba de pequeña es detenida en 2007, aflora su colaboración con la policía secreta de Augusto Pinochet y comienza un relato íntimo y doloroso de enfrentamientos, confesiones, fugas y escarnio público. En definitiva, un relato para la restauración de la memoria histórica del país.

Ciclo Documentalistas contemporáneas
Después de tres ediciones y diez films dedicados a rescatar las pioneras del documental latinoamericano, con peliculas de Margot Benecerraf, Sara Gómez, Marta Rodríguez, Rosa Martha Fernández, Valeria Sarmiento, Carmen Guarini, Ana Montes y Carmen Castillo, programamos 3 films representativos de las tendencias actuales del documental latinoamericano.

Esta nueva edición dedicada a las documentalistas latinoamericanas centra su interés en tres films que reflejan la preocupación por los relatos documentales focalizados en la historia reciente de tres países: Chile, Paraguay y Argentina.

Albertina Carri con Cuatreros (2016), Paz Encina con Ejercicios de memoria (2016) y Lissette Orozco con El pacto de Adriana (2017), son tres ejemplos de cómo las historias oficiales ocultan realidades personales que no tendrían lugar ni verían la luz. Si no fuera que, afortunadamente, desde los lugares de la experiencia familiar, personal y / o profesional, también se producen persistentes ejercicios de interrogación.

Son tres films que, desde el formato documental, trabajan propuestas arriesgadas en las que el lenguaje fílmico cohabita con la necesidad de explicar y representar de nuevo, de forma diferente, lo que se pretende decir.

Interrogar las imágenes que han suplantado, por saturación, los relatos de las experiencias personales; cuestionar su condición de certificado (Cuatreros); crear otras nuevas allí donde los su rastro se ha perdido (Ejercicios de memoria) y mirar directamente a cámara sin ningún pudor para conseguir desvelar lo negado (El Pacto de Adriana). Tres modalidades de trabajo con la imagen y la historia que nos hablan de la vivacidad de estas cineastas, y de su disconformidad con los modos documentales clásicos. Así como de su necesidad de dar salida a otras verdades que, para ser contadas, requieren nuevas composiciones.