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21/04/2010 / Barcelona

El Banquete de Literatura Latinoamericana dedica su 3ª edición a los Bicentenarios de las Independencias

Como prólogo a la Diada de Sant Jordi, Casa Amèrica Catalunya vuelve a organizar su ya tradicional Banquete de Literatura Latinoamericana que alcanza en este 2010 su tercera edición de manera arraizada en el calendario y algunas novedades en el formato. Por ejemplo, celebración de dos jornadas, miércoles y jueves, y ampliación del banquete único de años anteriores. Y por primera vez, elección de la propia sede de Casa Amèrica Catalunya como centro de este evento cultural, inspirado por la gastronomía, pero con menú presidido ante todo por la belleza espiritual transmitida desde la obra de los poetas latinoamericanos. Este miércoles, el evento ha tenido un invitado especial, el escritor peruano Santiago Roncagliolo.  En su edición del jueves, será la historiadora venezolana, Inés Quintero.

Resultaba casi obligatorio recordar en la noche del miércoles aquel estreno de los Banquetes en la emblemática Torre Agbar de Barcelona, bajo el padrinazgo de Eduardo Galeano, presente para dar lustre y solvencia al proyecto, también respaldado por otros escritores, representantes consulares, personalidades del mundo asociativo latinoamericano residente en Catalunya y gentes del panorama cultural local.  Salió a pedir de boca el experimento para repetir doce meses después, en el Palacio de Pedralbes, con sabor típicamente argentino, ritmo de tango y homenaje en recuerdo al ausente Julio Cortázar, justo al cumplirse 25 años de su traspaso. Allí se presentó el libro, de nuestro sello editorial Km 13.774,  “Diccionario del tango en Catalunya”, para consagrar Barcelona, como dice su autor, el periodista Xavier Febrés, en “la tercera patria del tango”. Otra excelente experiencia. Y los buenos recuerdos, el inmejorable sabor de boca conduce a repetir gustos. El 2010 es, para Latinoamérica, año de Bicentenarios de Independencia. Tiempo histórico y conmemorativo para Argentina, Colombia, México, Chile y Venezuela. Por tanto, el nutrido menú iba condimentado con sabrosos ingredientes de esas cinco procedencias. Las recetas, bien proteínicas para el espíritu.  En el buffet, cada uno de los más de ochenta comensales inscritos en esta edición de los Banquetes pudieron escoger según su dieta o paladar poético de conveniencia. Había para todos los gustos, sin duda, y cualquier manjar, digno de figurar en la Guia Michelín, que para eso colaboraba en la surtida degustación alguien con la solvencia y prestigio en el mercado de la Fundación Santillana. Para aquellos que siempre andan por las cocinas metiendo la nariz en las ollas, husmeando cuanto se cuece, sepan que pueden paladear en casa idénticos platos a los consumidos entre las mesas y oídos de Casa Amèrica Catalunya. Citemos a los chefs de estas dos veladas por el enclave de origen de sus cocinas y restaurantes, allá donde cocinaron platos y poemas inolvidables para los sentidos. Por Argentina, Oliverio Girando (“Veinte poemas para ser leídos en el tranvía”), Alfonsina Storni (“Poesía Selecta”), y Juan Gelman (“Mundar”), mientras extraíamos de su Antología de la poesía hispanoamericana contemporánea, composiciones de Macedonio Fernández, Ricardo E. Molinari y Jorge Luis Borges. La representación colombiana, otro lujo, la formaron Juan Manuel Roca (“Los cinco entierros de Pessoa”), Raúl Gómez Jattin (“Amanecer en el Valle del Sinú”) y William Ospina (Poesía 1974-2004), con otros fragmentos sacados de la Antología de la poesía del siglo XX en Colombia. De Chile seleccionamos a Vicente Huidobro (“Últimos poemas”), Gonzalo Rojas (“Poesía Esencial”), Nicanor Parra (“Poemas y antipoemas”) y Pablo Neruda (“Todo el amor”), amén de recurrir a su Antología de la poesía del siglo XX en Chile. Por México, acudieron al banquete citas de Xavier Villaurrutia (“Nostalgia de la muerte”), Jaime Sabines (“Recuento de poemas”), José Emilio Pacheco (“En resumidas cuentas” y “El silencio de la luna”), y poemas de Ramón López Velarde, José Gorostiza, Salvador Novo y Octavio Paz, incluidos también en la Antología de la poesía hispanoamericana contemporánea. Y ya por último, la creación de Venezuela aportó a María Auxiliadora Álvarez (“Las nadas y las noches”) y desde el libro colectivo “Las ínsulas extrañas”, a Rafael Cadenas, Eugenio Montejo, Guillermo Sucre, Juan Sánchez Peláez y Vicente Gerbasi. Esta iniciativa, en su día pionera, continúa siendo una efectiva herramienta para el acercamiento cultural entre los países latinoamericanos y Catalunya a través de su literatura y poesía.