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19/01/2011 / Barcelona

El diplomático Alzugaray defiende las reformas de Raúl Castro y admite que en Cuba el estado no puede seguir metiéndose en todo

Convocado para abordar las relaciones entre Cuba y la Unión Europea, el  diplomático Carlos Alzugaray, presentado por su contertulio Francesc Bayo, del CIDOB, como “uno de los más destacados analistas de la política exterior cubana”, ha hablado de todo, empezando por las importantes reformas en el sistema anunciadas por el presidente Raúl Castro. “No podíamos seguir esperando y mantenernos en el mismo camino. Es un proceso duro, píldoras amargas que debemos tomar ahora”, ha dicho en referencia al 1.300.000 funcionarios que Cuba debe reubicar en la incipiente empresa privada y a que “el estado se mete en todo y hay que quitarlo de donde molesta”. Antoni Traveria, director general de Casa Amèrica Catalunya, ha moderado el acto.

Carlos Alzugaray ha trasladado un matizado optimismo sobre el impacto de las reformas en el sistema económico cubano anunciadas recientemente y que incluyen la legalización de pequeñas y medianas empresas. “La economía de Cuba se va a mover gracias al talento y la capacidad de inventiva de los cubanos. Hay una mentalidad nueva y no se van a poner cortapisas a la iniciativa privada”, ha anunciado. Y ha añadido: “Esto no es eterno y hay que dar paso a las nuevas generaciones. Se está conformando una nueva forma de gobernar Cuba más democrática y transparente. Pero hay que tener paciencia. No se puede improvisar, porque sería desastroso”.  "No somos una dictadura" Interrogado por el público asistente y por sus contertulios, Alzugaray no ha eludido ningún tema, por espinoso que resulte. Es el caso de la situación de los derechos humanos en la isla y de los presos políticos. “Los encarcelados cometieron el delito de trabajar para un país extranjero que quería derrocar al gobierno de Cuba”, ha respondido para admitir, a continuación, que “pueden haber injusticias y dureza en la actuación de los tribunales y de la represión policial, pero no menos que en Europa”. También ha dicho que “por supuesto que quiero mejoras para mi país, pero no somos una dictadura”. Raúl Castro escuchaInterpelado por Antoni Traveria sobre la palpable presencia de militares en la actual administración cubana, Alzugaray ha admitido que esta situación “no es la ideal, pero tampoco es negativa” y ha subrayado el carácter “pragmático” de los castrenses destacando que “el estilo de Raúl Castro es escuchar las opiniones de los expertos antes de tomar una decisión”. El diplomático también se ha referido a la situación de la prensa en la isla, que ha calificado de “insuficiente”. “Los periódicos deben ser críticos con el Gobierno y hacia allí nos dirigimos, tengo la convicción”. Ha celebrado, asimismo, que “se están elimiando las prevenciones respecto a Internet”. Europa no es decisivaAdemás de su clarividente radiografía de las entrañas de Cuba, Alzugaray ha abordado la política exterior de su país y se ha referido con especial énfasis a la situación de las relaciones con Europa, distantes y complicadas desde que la UE adoptó la denominada “posición común”. “Para Cuba es importante, pero no decisiva, su relación con la Unión Europea”, ha advertido tras apuntar que “la política exterior cubana está en su mejor momento”, con la isla “totalmente insertada” en América Latina y el Caribe y con tres puntales en sus relaciones exteriores: Venezuela, China y Canadá. En cuanto al vecino norteamericano –“sólo 140 kilómetros nos separan”, ha precisado–, Alzugaray ha manifestado que la reciente medida de la administración Obama de flexibilizar los viajes a Cuba desde Estados Unidos “apuntan a la mejora de las relaciones” entre ambos países. Pero, acto seguido, ha recordado que “para Cuba lo decisivo es el levantamiento del bloqueo”. “El deshielo es demasiado incipiente y la perspectiva, incierta”, ha dicho antes de arrojar el enésimo jarro de agua fría: “Los cambios de Barack Obama hacia Cuba son mínimos y Estados Unidos sigue queriendo substituir al Gobierno de Cuba por otro afín a sus intereses”.