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La Corte Suprema argentina ha ratificado la constitucionalidad del proceso de “pesificación” que se llevó a cabo en el país latinoamericano en 2002 y que estableció la conversión a pesos de los ahorros en dólares. La sentencia, sin embargo, obliga a los bancos a devolver la totalidad del capital, eso sí, en moneda argentina, a razón de 1,4 pesos por dólar depositado, más la aplicación de un índice que refleja la inflación minorista y una tasa de interés anual del 4%.
 
La reacción de los ahorristas, que pasaron el día batiendo cacerolas frente al Palacio de Justicia a la espera de un comunicado, mezclaba alivio e indignación, tras concluir un proceso de más de 50.000 juicios iniciados para recuperar el dinero en moneda original.
 
Una imagen, la de los “cacerolazos”, que reproducía la 2002, durante la peor crisis económica de la historia de Argentina, cuyos protagonistas veían como su dinero perdía valor al mismo tiempo que se les impedía moverlo para evitar la fuga masiva de capitales, mediante el denominado “corralito”. Desde entonces, miles de ahorristas han ido recuperando su dinero progresivamente al orden de 1,4 pesos por dólar, otros obtuvieron hasta la mitad de sus ahorros en dólares tras recurrir a los tribunales, mientras el resto mantuvo sus fondos intactos a la espera de la resolución judicial que ahora se ha ejecutado. Resolución que sólo afecta, según ha informado la Corte Suprema, a quienes iniciaron demandas judiciales.