El mundo vive hoy en estado de alarma y expectación con motivo de la expansión de la pandemia del COVID-19. Desde Casa Amèrica Catalunya, queremos abordar esta situación desde diferentes puntos del continente americano. Esta semana hemos hablado con el argentino Sebastián Plut, doctor en Psicología y autor de varios libros sobre psicoanálisis y política, como los dos últimos que presentó en el auditorio de Casa Amèrica Catalunya el pasado 28 de enero: El malestar en la cultura neoliberal (Ed. Letra Viva, 2018) y Escenas del Neoliberalismo (Ed. Ricardo Vergara, 2019). En estos días escribe artículos para los medios y sigue atendiendo a pacientes por videollamada.
Sebastián Plut, doctor en Psicología: '¿La especie humana podrá encontrar algún punto de afinidad que no sea un virus?'
¿Cómo percibe que se está viviendo en su país la crisis sanitaria internacional provocada por el coronavirus?
Las vivencias, sin duda, son muy heterogéneas, aunque en líneas generales, por el momento, mayormente los ciudadanos tienen una sensación favorable respecto de cómo el Gobierno está afrontando la situación. También es cierto que hasta ahora el nivel de personas contagiadas es relativamente bajo, por lo que habrá que esperar a ver qué sucede cuando se eleve la curva y, al mismo tiempo, las dificultades económicas comiencen a percibirse más fuertemente. A ello habrá que sumarle los efectos propios del aislamiento que, per se, promueven efectos difíciles de calcular.
¿Qué reacciones, impactos o lecturas le generan las noticias que llegan desde Europa?
Aquí los medios, como imagino ocurre en Europa, están todo el día arrojando información sobre lo que pasa al otro lado del Atlántico. Hay una sobreabundancia informativa respecto de número de contagiados y muertos en Italia, España, Inglaterra, etc. Sin duda, es doloroso saber lo que está sucediendo y, en mi caso personal, se junta con las vivencias recientes de haber estado en Barcelona, Madrid y Portugal hace aún muy poco tiempo.
¿Siente que la ciudadanía muestra confianza hacia el gobierno de la nación?
En líneas generales intuyo que sí, las cifras indican un muy alto nivel de aceptación de la política del Gobierno de Alberto Fernández en lo que hace a privilegiar, inicialmente, la salud por sobre la economía. Lógicamente, imagino que este aval irá dependiendo o variando según sean la intensidad y la duración de la cuarentena, esto es, cuánto la gente podrá sobrellevar el perjuicio económico para que éste no sea un factor más que afecte a la salud.
¿Qué opinión le merece el sistema sanitario de su país?
Argentina es un país que tiene una larga tradición de Salud Pública (gratuita) lo que en este momento ayuda mucho. También es cierto que desde hace ya varios años el sistema público de salud, si bien conserva una amplia cobertura, ha sufrido un cierto deterioro. Baste mencionar que durante el Gobierno anterior, el de Mauricio Macri, fue rebajado el Ministerio de Salud a Secretaría de Salud, situación que revirtió Alberto Fernández tan solo asumir el Gobierno en diciembre de 2019. Como sea, a pesar de las deficiencias, actualmente se están llevando a cabo medidas muy significativas para que cuando se presente aquí el pico de contagio –que se espera para mayo- el sistema de salud pueda contar con los recursos necesarios para afrontarlo (camas, respiradores, etc.).
¿Qué reflexiones personales le surgen a raíz de esta situación?
La verdad es que todos estos días he reflexionado y escrito bastante sobre lo que sucede. Reflexiones que derivan del trabajo con los pacientes y de lo que puedo observar de una manera más macro. Pero aquí debo ser sintético de modo que solo mencionaré un interrogante. Hoy la humanidad está, no sé si unida, pero al menos homologada por el COVID-19, pues es una realidad afín a todos los habitantes del planeta. Por ello, me pregunto si la especie humana podrá encontrar algún punto de afinidad que no sea un virus.
En estos días, ¿piensa en algún libro, alguna canción, obra de teatro, película…?
Hay libros ya tradicionales que a muchos se nos vienen a nuestra memoria, como La peste de Albert Camus, Ensayo sobre la ceguera de José Saramago o incluso Edipo Rey, de Sófocles. Más singularmente recordé la lectura de otros dos libros, Peste y Cólera de Patrick Deville e Inmunitas de Roberto Esposito. Por mi actividad académica, además, retomé reflexiones que yo mismo vengo haciendo a partir de Psicología de las masas de Sigmund Freud.
¿Qué repercusiones puede traer consigo esta crisis en su ámbito profesional?
También aquí la respuesta podría ser extensa, pero al menos indicaré dos cuestiones resultantes de tener que pasar de trabajar en el consultorio a atender a los pacientes por videollamada. Muchos pacientes aceptaron la propuesta de este tipo de sesiones y se verifica en ello una tensión, un agotamiento que aún debemos pensar. Además, claro está, del malestar que exhiben los pacientes mismos por el encierro, la incertidumbre, la monotonía, etc. Luego están los pacientes que han optado por esperar a que finalice la cuarentena para retomar sus sesiones. La preocupación en ese sentido es el nivel de retracción subjetiva que puede seguir a la retracción objetiva y es preciso que los analistas estemos atento a ello. En suma, estamos asistiendo a una situación que nos exige pensar de manera compleja las presencias y las ausencias, y recurrir a nuestros pensamientos para sostenernos y sostener a otros ante las vivencias de extrañeza y distancia.
¿La pandemia puede agudizar tensiones entre los países latinoamericanos? ¿Es de esperar el conflicto entre fronteras?
No sabría responder en este punto qué podría ocurrir. Tenemos grandes diferencias, a nivel de los gobiernos, con Brasil por ejemplo. En este tema, reitero, no tengo claridad, solo puedo aspirar a que nuestro deseo de que no aumenten las tensiones se pueda preservar en el tiempo.
¿El coronavirus puede sofocar el futuro empuje de los importantes movimientos sociales que surgieron en numerosos países de la región latinoamericana?
Latinoamérica, como bien plantea la pregunta, es un territorio que tiene larguísima historia de movimientos populares y, en principio, y a la inversa de lo que se teme en la pregunta, las situaciones críticas de todo tipo han abonado y alimentado la cohesión de grupos populares. Lo que podrá ser más preocupante serán las estrategias y violencias que acechan desde los grupos concentrados de poder económico y comunicacional.
¿Cómo cree que cambiará nuestra manera de entender el mundo esta crisis? ¿De qué forma considera que lo observaremos en nuestras vidas?
Soy escéptico en cuanto a los cambios que podrán seguir a la pandemia, al menos si comparo mis presunciones con las de quienes creen que esta crisis asestará un golpe letal al capitalismo, o bien frente a quienes creen que los seres humanos, luego de esto, aprenderemos a valorar aspectos más significativos de nuestras vidas. Lo que yo me pregunto es, una vez que todo esto concluya, al menos en su faz más visible, ¿qué haremos con nuestros recuerdos de lo vivido durante esta etapa? Ya sabemos que no siempre los humanos aprovechamos bien nuestras memorias.
Clica aquí para leer dos artículos publicados en los últimos días por Sebastián Plut:
Pandemia: cuarentena y sufrimiento psíquico
Los vivos