La mesa redonda que ha cerrado las Jornadas Americat XXI ha tenido como protagonista la labor de cooperación llevada a cabo entre Catalunya y Bolivia, así como el marco legal en el que se encuentran los inmigrantes que llegan a España desde Bolivia en busca de trabajo. La inestabilidad generada tras la crisis del corralito y los atentados del 11-S en los dos máximos receptores de este flujo migratorio, Argentina y EE.UU., provocaron que muchos trabajadores optaran por buscar nuevos destinos como España. En la actualidad, se calcula que la inmigración boliviana es la más numerosa de España, donde cada día llega una media de 600 personas del país andino. (En la imagen, María Teresa Ossío, Embajadora en funciones de Bolivia en España, durante las jornadas)
“Estamos para regresar”: la compleja situación de los inmigrantes bolivianos en España
La mesa redonda que ha cerrado las Jornadas Americat XXI ha tenido como protagonista la labor de cooperación llevada a cabo entre Catalunya y Bolivia, así como el marco legal en el que se encuentran los inmigrantes que llegan a España desde Bolivia en busca de trabajo. La inestabilidad generada tras la crisis del corralito y los atentados del 11-S en los dos máximos receptores de este flujo migratorio, Argentina y EE.UU., provocaron que muchos trabajadores optaran por buscar nuevos destinos como España. En la actualidad, se calcula que la inmigración boliviana es la más numerosa de España, donde cada día llega una media de 600 personas del país andino.
Ante esta situación, Maria Teresa Ossío, Embajadora en funciones de Bolivia en España, ha subrayado la importancia de frenar la “extranjerización” del inmigrante. Ante la creciente llegada de inmigrantes, Ossío ha señalado la necesidad de poner en marcha mecanismos de integración política y social, que permitan a los recién llegados gozar de los mismos derechos que cualquier ciudadano español.
En cualquier caso, España todavía no registra una población estable de bolivianos; la mayoría de ellos vienen a trabajar por un periodo de 2 o 3 años, tras el cual regresan con sus familias a su país de origen. En palabras de Grover Oblitas, secretario de cultura del Centro Boliviano Catalán, estos inmigrantes “están para regresar”. A pesar de que cada vez es mayor el porcentaje de ellos que consigue la regularización, en su opinión no se da una verdadera integración, ya que muchos malviven hacinados en pisos minúsculos o se rigen por condiciones laborales precarias.
En relación a las tareas de codesarrollo llevadas a cabo con el país andino, la coordinadora de proyectos en Bolivia de Veterinarios Sin Fronteras, Noemí Cortés, ha defendido una modernización de los recursos, sin perder de vista los tradicionales que todavía se usan en cada territorio. En su opinión, “Bolivia tiene una gran capacidad de organización”, aunque hay que tener en cuenta que utiliza formas y conceptos propios, que quizá no comulgan con el modus operandi europeo. El secreto está en intentar conjugar ambos para lograr un codesarrollo exitoso.
Hay que recordar que “la historia de la cooperación también es la historia de muchos errores”, como ha indicado el director de la Agencia Catalana de Cooperación, David Minoves. Para minimizar los riesgos de fracaso, es necesario llevar a cabo una política planificada con todos los actores involucrados en este proceso, para que el proyecto resultante tenga la fuerza suficiente como para transformar y mejorar el entorno. Minoves ha señalado la oportunidad que se le brinda a Catalunya para impulsar políticas de desarrollo en el país andino, y llevar a cabo una política que combine tanto el aspecto social como el institucional. Ahora bien, para que la ayuda catalana pueda llegar a buen puerto, es necesario que se haga con una continuidad temporal, como pretende el Gobierno de Catalunya, y no de manera esporádica.
Por otro lado, la última mesa redonda celebrada el miércoles 22 de febrero sobre "Emergencia Indígena" se centró en las desigualdades todavía existentes en Bolivia, debido a variables sociales, geográficas o de género. La llegada al poder de Evo Morales ha devuelto las esperanzas a aquellos sectores históricamente desfavorecidos, que ven ahora una oportunidad de participar en la vida política de su país.