Esta web utiliza cookies propias y de terceros para ofrecerte un mejor servicio. Al navegar, consideramos que aceptas su uso. Más información

Aceptar
21/05/2010 / Barcelona

Francisco Elías Valencia, director de Diario Co Latino, Premio Casa Amèrica Catalunya a la Libertad de Expresión: “Los periodistas siempre debemos estar atentos, pues ni los gobiernos ni los poderes de facto estarán de acuerdo con nuestro trabajo”

Reproducimos a continuación, de forma íntegra, la intervención de Francisco Elías Valencia, director de Diario Co Latino, efectuada el miércoles 19 de mayo tras la entrega del V Premio Casa Amèrica Catalunya a la Libertad de Expresión en Iberoamérica concedido a este rotativo salvadoreño. En su ponencia, el periodista advierte de la necesidad de luchas constantemente por la libertad de expresión e información. “No hay lugar en el mundo, donde un funcionario del ejecutivo, legislativo, judicial o municipal, no se ponga incómodo ante el trabajo de la prensa, de los medios, de los periodistas”, sostiene Valencia, quien desde hace 21 años está al frente de Diario Co Latino, decano de la prensa centroamericana con 120 años de trayectoria. (En la imagen, la litografía del Premio, obra del editorialista gráfico Toni Batllori)

“Es para este servidor un inmenso honor tenerlos a ustedes como testigos  de la entrega del Premio Casa América Cataluña a la Libertad de Expresión en Iberoamérica, que en su quinta edición ha sido otorgado a Diario Co Latino, un periódico que justamente este año, el 5 de noviembre próximo, cumplirá 120 años de fundación, y que no sólo es el decano de la prensa salvadoreña, sino de Centroamérica, si apartamos al Diario Oficial de Guatemala. Expreso a Ustedes por tanto mi regocijo, y mi profundo agradecimiento por este galardón, pero, además, mi compromiso y el de mis compañeros de trabajo, a mantener en alto a esta institución, Casa América, y todos los que son parte de la entrega de este premio, es decir, el Ayuntamiento de Barcelona, la Diputación de Barcelona, el Colegio de Periodistas de Catalunya, la ONG Solidaridad y Comunicación (SICOM) y el prestigioso programa de radio dedicado al mundo de la Cooperación "Tots per Tots" (del catalán, "Todos por Todos") de la cadena de emisoras COM Ràdio. Con nuestra práctica periodística, apegada a principios que fueron parte de los parámetros para la distinción que me tiene esta noche, en este lugar, a 9113 kilómetros de distancia. Les garantizo que Diario Co Latino seguirá manteniendo posturas congruentes con el periodismo y con nuestra tradición en la lucha militante por la libertad de Expresión, no sólo en mi país El Salvador, sino en la región centroamericana, primero, y latinoamericana, después. Este premio también obliga al colectivo de Diario Co Latino, a mirar también más allá del continente americano, es decir, interesarnos por lo que pasa en Europa, Asia o África, como los catalanes lo hacen hacia América Latina, hacia Iberoamérica y otras partes del mundo. No puedo proseguir, sin antes dar un agradecimiento, a quienes formaron parte del jurado, y que finalmente nos escogió, entre otros candidatos o candidatas, al tomar en cuenta factores como nuestra centenaria trayectoria periodística, y también por la clara y firme línea editorial progresista y democrática que la cooperativa ha impreso a nuestro vespertino. Seguramente, también han valorado  nuestro compromiso de contribuir desde el periodismo a la defensa de los Derechos Humanos y de la Justicia Social. Nos sentimos honrados de ser parte ya de la galería de los homenajeados con anterioridad. Me refiero, a Carlos Fernando Chamarro, de Nicaragua; Lydia Cacho, de México; Página 12 de Argentina y los periodistas colombianos de Medios para la Paz.  Sin lugar a dudas, la lucha por la libertad de prensa, por un lado, y de la libertad de expresión, por el otro, son dos de los grandes atributos que los medios y las y los periodistas deben enfrentar a diario. Y es que, ambos siempre estarán en la mira de las estructuras de poder, tanto los legalmente constituidos como los de facto. No hay lugar en el mundo, donde un funcionario del ejecutivo, legislativo, judicial o municipal, no se ponga incómodo ante el trabajo de la prensa, de los medios, de los periodistas. En El Salvador, en tiempos de la dictadura, la guerra civil  y la transición a la democracia, ha sido una historia repugnante y cruel para la libertad de Expresión. En tiempo de  la dictadura, por ejemplo, la mayoría de medios de comunicación se apegaron a los gobiernos de turno, inclusive Diario Latino, o Diario Co Latino, con lo que le causaron grandes daños a la sociedad salvadoreña. Por eso es que en nuestro editorial del 24 de marzo del presente año, con motivo de la conmemoración del XXX aniversario del martirio de Monseñor Óscar Arnulfo Romero, sugerimos que los medios de comunicación en El Salvador también debían pedir perdón, tal como lo había hecho el Presidente de la República, Mauricio Funes, por el magnicidio. En aquel editorial planteamos: “En esta ocasión, creemos que es importante hacer una excitativa a los otros sectores de la sociedad que también tienen responsabilidad directa o indirecta en el crimen, principalmente los medios de comunicación, los llamados “Grandes Medios de Comunicación”, sin excepción alguna, inclusive el Diario Latino, hoy Co Latino, que no tuvo una actuación que hoy nos pudiera enorgullecer, sobre todo, en el período de los grandes ataques a Monseñor Romero”. El propio Monseñor Romero, en diversas homilías se encargó de denunciar y criticar el lamentable papel de los medios en El Salvador, en tiempo de la dictadura: “Es lástima, hermanos, que en estas cosas tan graves de nuestro pueblo se quiera engañar al pueblo. Es lástima tener unos medios de comunicación tan vendidos a las condiciones. Es lástima no poder confiar en la noticia del periódico, o de la televisión o de la radio, porque todo está comprado, está amañado y no se dice la verdad”, expresó el Arzobispo Mártir, en la homilía del 2 de abril de 1978.En la homilía del 27 de agosto del mismo año, Monseñor Romero expresó: “El sábado 26, ayer, en Tejutla, al celebrar el primer aniversario de Felipe Chacón, también me di cuenta que nuestra tierra ofrece al Papa, como lo dije en visitas pasadas, ¡mártires! ¡Qué horror cuando me contaban! El rostro despellejado de Felipe de Jesús y lo que es peor, difamado en la prensa como un cuatrero, cuando se trata de un catequista valiente, que supo llevar el Evangelio hasta sus consecuencias más arriesgadas”. “Yo en el país no encuentro eco en nuestra prensa de lo que decíamos anteriormente, que debía dar testimonio de la verdad. Es que estas homilías quieren ser la voz de este pueblo, quieren ser la voz de los que no tienen voz”, dijo Monseñor Romero, en su homilía del 29 de julio de 1979.En el periodo de la guerra, una veintena de periodistas entre nacionales y extranjeros fueron asesinados. Unos capturados y ejecutados, otros entre fuego. De igual forma, las fuerzas de seguridad destruyeron, antes de iniciar oficialmente la guerra civil,  las instalaciones de los periódicos la Crónica del Pueblo y El Independiente. Mientras que Diario Latino sufrió dos atentados con bombas. El primer atentado  en 1981, cometido por una organización guerrillera, y el segundo diez años después, el 8 de febrero de 1991, cometida por Escuadrones de la Muerte. Posterior a la guerra civil, diversos medios alternativos, incluido Diario Co Latino, ha soportado toda una estrategia de boicot publicitario, tanto de la empresa privada, como de los anterior gobiernos. Hago referencia a los gobiernos anterior, porque con el actual gobierno, el primero de izquierda que llega al Ejecutivo, mantenemos una relación diferente, tanto comercial publicitaria, como informativa. Por cierto, el actual gobierno ha creado la Subsecretaría de Transparencia, encaminada no sólo a crear mecanismos para que las distintas dependencias trabajen con transparencias, sino el de apoyar, sino es que impulsar, una ley de acceso y transparencia en la información. En estos momentos se encuentra entrampada una iniciativa de ley sobre el Derecho a la Información, promovida por una fundación, y apoyada por la Asociación de Periodistas de El Salvador.  Pese a los buenos gestos, los medios y los periodistas siempre debemos estar atentos, pues, ni los gobiernos, ni los poderes de facto, estarán de acuerdo, a plenitud, con nuestro trabajo.  En este aspecto se puede circunscribir las amenazas que se han hecho contra el personal de Radio Victoria. Una emisora comunitaria que se ha plantado, junto a la comunidad, en su lucha contra la exploración y explotación de la minería metálica. Dos de sus periodistas, por órdenes de la Procuraduría de los Derechos Humanos, reciben protección de la Policía Nacional Civil. Hasta hoy, las investigaciones de la Fiscalía y de la policía no han avanzado lo suficiente como para saber de dónde surgieron las amenazas contra los colegas. Pero las amenazas a la libertad de Expresión también puede provenir de los mismo medios. En mi país, actualmente, se está dando un pulso mediático entre el poder judicial y los grandes medios de comunicación. Y es que la Filosofía neoliberal , que dicta que el Estado debe someterse al mercado y que el mercado debe normar, en definitiva al Estado, también ha embaucado a los medios de comunicación.  Los medios nos creemos intocables, podemos juzgar o condenar a medio mundo. Y es que nos sentimos todopoderosos. Hemos dejado de hacer, como escribía hace poco un colaborador de Diario Latino, medios que difunden los hechos, por divulgadores de posición política, de determinados fenómenos y en determinadas circunstancias. Hemos confundido la libertad de empresa con la libertad de prensa. Así, cualquier persona o institución debe someterse a los medios, a aceptar cabizbajos lo que los medios decimos y hacemos, y si alguien advierte a la anomalía, inmediatamente, pegamos el grito en el cielo y hacemos llamados a la unidad contra la conjura que pone en peligro la libertad de prensa o expresión. Quiero terminar mi intervención, haciéndoles un llamado a seguir defendiendo la libertad de prensa, pero, también a realizar una reflexión y autocrítica de los abusos que cometemos los medios y los y las periodistas en nombre de la libertad de prensa."