El escritor de Medellín Héctor Abad Faciolince, referente intelectual de Colombia, está en Barcelona donde este viernes presenta el estreno del documental Carta a una sombra basado en su aplaudido libro El olvido que seremos. Antes, Abad Faciolince ha hablado en Casa Amèrica Catalunya del proceso de paz en su país, en un concurrido acto presentado por Manel Vila, director general de la Agencia Catalana de Cooperación al Desarrollo.
Héctor Abad Faciolince: 'El proceso de paz en Colombia es bueno desde el principio'
Abad Faciolince ha iniciado su intervención felicitándose por un proceso de paz que “ha sido bueno desde el principio, cuando la guerrilla decidió dejar de secuestrar. Y no tiene retorno”.
“Tras 51 años de conflicto, desde la creación de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), Colombia sigue teniendo un montón de problemas pero hoy hay menos muertos, víctimas y desplazados que nunca”, ha añadido.
Claves del éxito del proceso
El escritor antioqueño ha repasado lo que a su juicio han sido algunos de los elementos fundamentales de la paz que está a punto de hacerse efectiva, empezando por la intervención de Cuba.
“Llevar las conversaciones a territorio de la guerrilla (en alusión a Cuba) mitigó la tradicional desconfianza de esa guerrilla. Además, la falta de libertad de información en la isla impidió las filtraciones, lo que paradójicamente ha acabado por ayudar al proceso junto a una buena comunicación conjunta de los avances que se iban logrando”.
A su parecer, también la “feroz oposición” al proceso del expresidente colombiano Álvaro Uribe ha resultado beficiosa: “Ha permitido que la guerrilla modere sus pretensiones al ver al presidente Juan Manuel Santos como un liberal y no como un hombre de derechas, que lo es”.
Asimismo, ha calificado de “magnífico” el papel de Venezuela, y en especial el del expresidente Hugo Chávez, que convenció a las FARC de que “podían llegar al poder por vía electoral y no por los armas”.
Así las cosas, para Abad Faciolince la gran duda es “si las élites bogotanas y del altiplano tienen el dominio del Ejército para evitar cualquier atisbo de repetición del exterminio de la Unión Patriótica” (formación política colombiana impulsada en los años 80 por colectivos de la guerrilla que abandonaron las armas. Miles de sus militantes fueron exterminados por grupos paramilitares, miembros de las fuerzas de seguridad colombianas y narcotraficantes).
Un país sin violencia
En este contexto, y tras autocalificarse de “víctima sanada” –su padre fue asesinado por grupos paramilitares y la guerrilla secuestró a uno de sus cuñados-, Abad Facioilince ha advertido que “en todo proceso de paz, las víctimas deben ser capaces de no estar todo el tiempo rumiando el dolor y el resarcimiento”.
“La buena noticia es que en un mundo donde la violencia aumenta, en Colombia disminuye. Sueño para mis hijos con un país sin violencias”, ha concluido.