Hace 32 años, el 24 de marzo de 1980, el obispo salvadoreño Óscar Arnulfo Romero fue asesinado por una “certera” bala. “Fue el detonante de la guerra civil de 12 años en El Salvador”, ha dicho el mexicano Everardo González, autor de “El cielo abierto”, documental sobre los últimos tres años de vida del prelado. Junto a él, y ante el auditorio de Casa América Catalunya lleno de público, el teólogo Juan José Tamayo: “Ojalá surjan nuevos mártires como Monseñor Romero”.
Homenaje a Monseñor Romero, el obispo “mártir” del Salvador
Everardo González ha explicado, en los prolegómenos de la proyección de “El cielo abierto”, que los diarios personales de Romero, a los que ha tenido acceso para la elaboración del film, “permiten conocer a un hombre solitario y aislado, rechazado por el Vaticano y el Papa de la época, Juan Pablo II”.
Al respecto, Juan José Tamayo ha señalado que el asesinato de Romero se produjo en un contexto con una Iglesia “perseguida y cambiante”. “Regímenes de seguridad nacional, dictaduras, ejércitos y gobiernos demócrata cristianos... Los propios cristianos daban órdenes de asesinar y ejecutar a otros cristianos que luchaban por su fe y por la justicia”, ha apuntado.
“Aquella Iglesia había roto con el colonialismo y estaba a la vanguardia de la lucha por la liberación”, ha proseguido Tamayo. “El resultado fue un nuevo martirologio que remite al nazismo. Entre los mártires, numerosos obispos que introdujeron una nueva doctrina social de la Iglesia anteponiendo la liberación a la ortodoxia y que abrieron el camino a otra Teología”, ha añadido.
“Monseñor Romero fue un hombre congruente, que aceptó su asesinato como un destino trágico, el mismo que el del pueblo del Salvador”, ha apuntado González. Y Tamayo ha subrayado: “En este momento, la cruz de Cristo sirve para instalarse cómodamente. Ojalá surjan nuevos mártires como Monseñor Romero”