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Tal día como hoy hace 20 años, el mundo del fútbol vivió uno de los goles más bellos de la historia y otro con gran valor simbólico para Argentina, y los dos a cargo de Diego Armando Maradona. Este aniversario tiene lugar en el momento en que se está disputando la Copa del Mundo de Alemania 2006 y en el que los equipos Iberoamericanos están demostrando su poderío y ya están la mayoría en la segunda fase. Brasil, Argentina, Ecuador, México, España y Portugal ya están en la segunda fase y algunos de ellos son los favoritos para conseguir el título.
 
El episodio de la guerra de las Malvinas y la capitulación Argentina ante los ingleses se mantenía fresco en la memoria de todos y aquella fue la oportunidad de revancha para los argentinos. Cuando pienso en Inglaterra, no puedo sacarme de la cabeza a los pibes que murieron en la guerra de las Malvinas”, había dicho el ‘Pelusa’ en vísperas del enfrentamiento contra los de Bobby Robson.
 
El ídolo argentino, Diego Armando Maradona, pasó a la posteridad por haberle marcado a Inglaterra el gol más bello de la historia de la Copa del Mundo, pero cuatro minutos antes de protagonizar esa inigualable acción, el ‘Pelusa’ había mostrado toda su pillería al anotar un tanto con la mano. Con la ‘mano de Dios’, como él definió. La rivalidad entre Argentina e Inglaterra propició que Maradona se tomara la revancha de la guerra de las Malvinas a su manera. En su primer gol, el de la “mano de Dios”, el menudo jugador saltó a por un balón junto al gigante portero inglés Peter Shilton y cuando parecía que no tenía nada que hacer estiró su brazo izquierdo para darle un puñetazo al balón. El gol, lógicamente, no debería haber subido al marcador, pero el árbitro señaló el centro del campo. Y el segundo gol es el más bello que se ha conseguido hasta el momento. El ‘10’ arrancó desde la medular, dejó atrás a casi todo el equipo inglés y marcó ante el delirio de la afición argentina presente en el Estadio Azteca.
 Y esta fue la reacción del “pelusa” tras el partido: “ ...la pelota estaba en el aire, Shilton y yo saltamos. Yo cerré los ojos... Fue un poco la mano de Dios y un poco la cabeza de Maradona”.