Casa America Catalunya

Eduard Soler, presidente de la Federación Catalana de ONG para el Desarrollo; Julián Artacho, coordinador de la Agencia Catalana de Cooperación al Desarrollo (ACCD) y Antoni Traveria, director general de la Fundación Casa Amèrica Catalunya, han subrayado los impedimentos para alcanzar en 2015 los llamados Objetivos del Milenio, entre los que se encuentra reducir la pobreza mundial a la mitad. “Vamos muy mal”, ha afirmado Artacho en el transcurso del acto “La contribución de la cooperación catalana y española para la erradicación de la pobreza” que también ha contado con las intervenciones grabadas de Rigoberta Menchú, premio Nobel de la Paz; Mauricio Rosencof, director de Cultura de Montevideo, y Moacyr Vilella, dirigente del Movimiento de Trabajadores Sin Tierra (MST) del Brasil así como el estreno del monólogo “Carbón Encendido” de la dramaturga argentina Patricia Zangaro, texto que ha sido recitado por la actriz Cecilia Rossetto.Soler ha remarcado que hay una actuación escasa de la cooperación “allí donde realmente se encuentra la causa que, entre otros desastres, provoca la pobreza”. Ha admitido que las administraciones cada vez aportan más dinero, pero ha incidido en los beneficios que obtienen las multinacionales farmacéuticas y las reglas del comercio internacional para argumentar el mucho trabajo por hacer si realmente se quieren alcanzar los Objetivos del Milenio: “Tenemos que cuestionarnos por qué los laboratorios tienen veinte años de patente o por qué sólo se investigan aquellas enfermedades que afectan a la población del primer mundo, que puede pagarse los medicamentos”, ha señalado. En el capítulo de las reivindicaciones y apuntando en dirección a los gobiernos, Soler ha insistido en la necesidad de llegar al “famoso 0,7%” y ha resaltado que la deuda externa impide que los países pobres puedan desarrollarse y, por lo tanto, conseguir unas mejores condiciones de vida para sus ciudadanos.“Vamos muy mal”Por su parte, Artacho ha afirmado que vamos “muy mal” para conseguir los Objetivos del Milenio en 2015 y ha razonado que la ACCD -“por mucho que, en efecto, se incrementen las partidas presupuestarias de los 60 millones de euros actuales a 130 millones en 2010”- debe ser consciente de sus limitaciones. A pesar de eso, Artacho ha dicho que se puede avanzar de forma considerable si se actúa allí donde realmente se puede conseguir que la realidad cambie. “El reto –ha concluido– es apostar por una cooperación de calidad capaz de encontrar mecanismos que permitan transformar las condiciones de vida”. Un reto donde el continente americano juega un papel muy destacado ya que al mismo se destina el 50% de los recursos de cooperación de la ACCD, ha explicado Artacho.Al respecto, Antoni Traveria ha recordado que “América Latina continúa siendo la región más desigual del planeta. En América Latina, esta desigualdad se expresa también en la exclusión de muchos grupos sociales, en especial los pueblos indígenas, que carecen de interlocución social y política” y ha subrayado que la región tampoco avanza hacia la consecución del primer Objetivo del Milenio: erradicar la pobreza y hambre extremas. “96 millones de latinoamericanos, según las últimas cifras de Naciones Unidas, viven en situación de pobreza extrema, de un total de 223 millones de pobres – el 43 por ciento de la población de América Latina -. Así pues, América Latina casi no consigue reducir sus niveles de pobreza, un hecho que es el espejo más nítido de las desigualdades estructurales que sufre la región.”, ha dicho.Cooperación culturalEl director general de la Fundación Casa Amèrica Catalunya también ha remarcado la importancia de la cooperación cultural: “A la exclusión económica y la exclusión política en los países en vías de desarrollo es preciso sumar también una exclusión cultural, que hasta hace poco ha sido desatendida por los organismos internacionales. Herramientas como la cooperación cultural pueden servir para facilitar el acceso de los excluidos a la vida pública (cultural y política) en sus sociedades, fortaleciendo, a la vez, la forma de vida propia y los propios recursos económicos”, ha dicho.Durante el acto, presentado por la gestora cultural venezolana Rosina la Terza, también se han proyectado intervenciones grabadas de relevantes personalidades latinoamericanas. De esta manera, Rigoberta Menchú, premio Nobel de la Paz, ha agradecido la solidaridad de la cooperación española y catalana con Guatemala; Mauricio Ronsecof, escritor y ex-líder de los Tupamaros uruguayos, hoy director de Cultura de Montevideo, ha recordado que “cada segundo mueren dos niños de desnutrición” y que “todo lo que signifique incentivar apoyos, solidaridad e intercambios en el mundo de la cultura contribuyen a la mejora del país”. Finalmente, Moacyr Vilella, dirigente del MST brasileño, ha destacado que “la cooperación internacional permite que las comunidades más pobres tengan su dirección e independencia propias sin los condicionamientos que muchas veces tienen los programas gubernamentales”.“Carbón encendido”El acto, al que ha asistido una nutrida representación de cónsules en Barcelona de países latinoamericanos, ha finalizado con el estreno del monólogo “Carbón encendido”, de la dramaturga argentina Patricia Zangaro, texto que ha sido recitado por la actriz Cecilia Rossetto. “Carbón encendido” se inspira en una instantánea de la fotógrafa catalana Eli Rojas en la que se ve un niño en un vertedero de Tucumán buscando su manutención y la de su familia.