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21/09/2006 / Barcelona

Los expertos que intervienen en las jornadas Cooptecart advierten que las nuevas tecnologías están cambiando las formas de organización social

Se han inaugurado en la sede de Casa Amèrica Catalunya las primeras jornadas Cooptecart, Cooperación, Tecnología y Arte, con la celebración de la mesa redonda “Solidaridad en la Red”. La sesión, que ha sido moderada por Xavier Muñoz, profesor de la Universidad Politécnica de Catalunya, ha reflexionado sobre los cambios que las nuevas tecnologías están originando en las relaciones sociales, y en las potencialidades que éstas ofrecen para emprender proyectos de cooperación.

Se han inaugurado en la sede de Casa Amèrica Catalunya las primeras jornadas Cooptecart, Cooperación, Tecnología y Arte, con la celebración de la mesa redonda “Solidaridad en la Red”. La sesión, que ha sido moderada por Xavier Muñoz, profesor de la Universidad Politécnica de Catalunya, ha reflexionado sobre los cambios que las nuevas tecnologías están originando en las relaciones sociales, y en las potencialidades que éstas ofrecen para emprender proyectos de cooperación. Tal y como ha señalado el primer invitado, Ismael Peña, miembro del departamento de Políticas Públicas para el Desarrollo de la Universidad Abierta de Catalunya, “la red puede ayudar a solventar muchas cosas”. La intervención de Peña se ha centrado en las ventajas que ofrece Internet para potenciar el voluntariado. Proyectos como los de formación en red, por ejemplo, comportan el abaratamiento sustancial de los costes, ya que no es necesario que profesor y alumno compartan espacio y tiempo. “Como voluntario no puedo ir dos meses a ultramar, pero cada tarde me puedo conectar un ratito”, ha dicho Peña. Las posibilidades que ofrece Internet para hacer cooperación son las que aprovechan organizaciones como la Fundación Equilibrio, representada en esta sesión por Anna Sánchez, de la Universidad Politécnica de Catalunya. Equilibrio presta servicios informáticos a Ongs como base de la financiación de sus propios proyectos, entre los que se encuentran ofrecer microcréditos a estudiantes de renta baja o montar plataformas de formación en red. Anna Sánchez, que ha impartido cursos de ofimática en países como Bolivia, ha destacado dos hechos de su experiencia: la falta de profesores de informática y de infraestructuras tecnológicas. Por otra parte, ha recordado la gran implicación y el interés de los estudiantes que participan de los cursos. La sesión se ha cerrado con la intervención de Marcelo d'Elia – Branco, consultor de la Secretaría de Telecomunicaciones y Sociedad de la Información de la Generalitat de Catalunya, que ha remarcado como la revolución tecnológica “está cambiando las formas de organización social”. Marcelo ha hecho un análisis de estos cambios, centrándose en algunos de los peligros que, a través de la red, amenazan derechos de los ciudadanos como la privacidad o la libre circulación de información. D’Elia –  Branco ha defendido la idoneidad del llamado “software libre” y ha añadido que “en países como Brasil, el 52% del software es ilegal”. El experto ha lamentado que en Brasil el gasto para sufragar las licencias de utilización de programas informáticos sean muy superiores a los presupuestos para la lucha contra la pobreza o incluso, de algunos Ministerios. “Brasil se gasta unos mil millones de dólares en pagar licencias al exterior cuando el presupuesto del Ministerio de Cultura y Tecnología es de unos 700 millones y el presupuesto anual del programa “Hambre cero” es de poco más de 500 millones. El gasto que supone pagar estas licencias es demasiado elevado para un país donde 46 millones de personas viven con menos de un dólar al día”.