La segunda sesión del ciclo “El Brasil de Lula” que se celebra en Casa Amèrica Catalunya ha acogido un intenso debate sobre la figura del expresidente brasileño, uno de los políticos latinoamericanos más influyente y carismático de todos los tiempos. El catedrático de Ciencias Políticas Joan Subirats y el sociólogo brasileño Flávio Carvalho, moderados por Breno Pentagna, han afirmado que Lula da Silva, con sus claroscuros, es un “animal político” que explica la evolución en los últimos años de un Brasil hoy potencia emergente. “El liderazgo caudillista de Lula permitió romper con las inercias del pasado”, ha subrayado Subirats. “Lula es un icono de la contradicción, pero ¿qué es el Brasil sino un país absolutamente contradictorio?, se ha preguntado Carvalho.
Lula da Silva es un “animal político”, coinciden el politólogo Subirats y el sociólogo Carvalho
Joan Subirats ha explicado que el relato central de Lula es la inversión social, remarcando el término “inversión” en oposición a “gasto social”. Ha alabado su capacidad comunicativa al “relacionar política social con desarrollo sin tener que recurrir a las estadísticas” y su liderazgo. Todo ello en torno a la idea de que “no hay institucionalidad sin movimiento, ni avances ni transformación social sin movilización”. En este campo, Subirats ha señalado que los programas “estrella” de la era Lula, el “Hambre O” y la “Bolsa Familia” han sido muy criticados desde Europa por su lejanía de los patrones del bienestar y su propensión al clientelismo. “El liderazgo caudillista de Lula permitió romper con inercias del pasado y 5 millones de personas han conseguido traspasar el umbral de la pobreza”, ha destacado Subirats, quien entiende que el populismo “es una forma de cambio social que en América Latina puede tener sentido al propiciar la inclusión de mucha gente que tradicionalmente había quedado fuera del sistema”. Por su parte, Flávio Carvalho ha subrayado el paralelismo entre la biografía de Lula con la evolución política y social del Brasil. “Lula es el mediador reformista, no revolucionario, entre los diversos movimientos sociales del país y la institucionalidad. Es un animal político, referente para todo el proceso de maduración política de la clase trabajadora”, ha dicho. El sociólogo también ha atribuido a Lula haber cambiado la cultura política del Brasil favoreciendo el impulso de la participación ciudadana. Y ante las dudas que se plantean en la nueva etapa de Dilma Rousseff, sucesora de Lula al frente del gigante sudamericano, Carvalho ha concluido: “Brasil es un país muy conservador en sus estructuras, con una profunda confusión mental y totalmente incomprensible”.