Casa Amèrica Catalunya y el Consulado de Haití en Barcelona, que representa su Cónsul Marc-Antoine Archer, trabajan mano a mano en el acto solidario del próximo 24 de febrero, a las siete de la tarde, que se celebrará en la sede de nuestra Fundación (c/ Còrsega, 299, entresuelo). En los preparativos, el espíritu de esta reflexión de apoyo al devastado país caribeño ha quedado del todo diáfano: No se trata ya de darle vueltas a la tragedia sufrida en la tarde local del 12 de enero y que ha causado, según los últimos cálculos oficiales, más de 200.000 víctimas mortales. Hay que centrarse en mirar adelante y preocuparse por el futuro.
Marc-Antoine Archer: “Catalunya puede hacer mucho por el futuro de Haití” (I)
Y es ahí donde, según fundada opinión de Archer, Catalunya dispone de un papel capital a desarrollar: En la reconstrucción de la nación, en la transformación del país partiendo de cero con la ayuda de los poderes locales, autonómicos y de cooperación internacional. En el diseño del plan del Cónsul Marc-Antoine Archer, que maduró esta hoja de ruta a lo largo de los últimos cuatro años desde su cargo de representación en la capital catalana, la colaboración factible marcharía a distintos niveles. Para empezar, el poder local, representado en la implicación de los pueblos catalanes a través de la creación de redes municipales. En el planteamiento de Archer, “sería muy necesario ayudarles a la formación, ayudarles como modelo, enseñarles a crecer prácticamente desde cero. Realizar una tarea pedagógica sobre cómo se gestiona aquí un municipio, sea cual sea su tamaño, que les sirvan de referencia y les diseñen hojas de ruta válidas para Haití”. “Es una idea en la que he venido trabajando –continúa articulando Archer—a lo largo de los cuatro últimos años, que ahora, tras la tragedia vivida, se ha vuelto más necesaria que nunca. Se trata, pues, de ayudar a cambiar la estructura de poder local o de crearla desde cero bien construida”. “Catalunya puede ayudar muchísimo centrándose en el municipalismo. Haití ha sufrido tras el terremoto una enorme degradación de sus estructuras administrativas, que resultan muy poco adecuadas en recursos y preparación de sus técnicos. Así, es imposible vertebrar una sociedad y un país y esperar que salga adelante”. El razonamiento de Archer prosigue: “Una nación crece sólida desde un barrio fuerte, un municipio fuerte, un pueblo fuerte, una ciudad que también lo es. Llevaba cinco años batallando por exportar el modelo catalán de desarrollo local. Por desgracia y por causa de nuestra desgracia, tal vez ahora sea más fácil”. De lo local a la administración autonómica, representada aquí en la Agencia Catalana de Cooperación al Desarrollo, dependiente de la Generalitat de Catalunya. Marc-Antoine Archer solicitará que Haití “aparezca en la lista de países prioritarios para la ayuda exterior de la Generalitat, como debe serlo para los restantes países que integran el Primer mundo. No es el terremoto el que realmente mata, sino sus consecuencias, ya nos entendemos en el concepto. Hay que seguir trabajando duro para conseguir que el mundo no nos olvide”.