Tras dos días de intensos debates, la veintena de expertos americanos y europeos que han participado en el seminario Drogas, políticas y violencias. Del consenso global a nuevos enfoques coinciden --salvo contadas excepciones como la del norteamericano David Murray-- en la necesidad de superar la etapa prohibicionista y avanzar hacia una regulación internacional de las drogas. El encuentro, organizado por el Instituto Catalán Internacional por la Paz (ICIP) y Casa Amèrica Catalunya, se ha celebrado en el Museo de Historia de Catalunya, en Barcelona.
Avanzar hacia la regulación: Consenso casi unánime del Seminario 'Drogas, políticas y violencias'
El seminario ha abordado cuestiones como la perspectiva histórica en el control de drogas, las nuevas políticas en la materia, el dinero de las drogas y su circuito a escala mundial, el narcotráfico y la captura del estado, la violencia en las políticas de drogas y las drogas en las ciudades. Once de los ponentes ha compartido la mesa final donde, a forma de resumen, han compartido sus reflexiones sobre el inmediato porvenir de las políticas globales en materia de drogas tras el impacto de las recientes medidas de legalización del cannabis en Canadá, algunos estados de EE.UU. y Uruguay.
“Hay que buscar compañeros de camino y alertar a la opinión pública de que estos avances no son excesos sino conquistas de derechos”, afirma Augusto Vitale, exdirector de Instituto de Control y Regulación del Cannabis en Uruguay. Es su repuesta a los temores expresados por el colombiano Rodrigo Uprinmy y la española Araceli Manjón-Cabeza en el sentido de que la legalización de la marihuana “congele” y “censure” el debate sobre la despenalización del resto de drogas.
Medidas globales
La periodista mexicana Ana Lilia Pérez recuerda que el gran reto es fortalecer las instituciones y atacar los mercados negros generados por el narcotráfico y su intrínseca violencia asociada, en un marco de “iniciativas globales para un fenómeno global”. Su compatriota Lisa Sánchez ha subrayado el efecto perverso de la legalización del cannabis en parte de los Estados Unidos: el tráfico de patentes de esta substancia del Norte al Sur, donde se produce, pero sigue siendo ilegal.
Luis Jorge Garay, colombiano, director del Observatorio sobre Redes Ilícitas Transnacionales apunta que estas medidas deben ir forzosamente acompañadas de la construcción de sociedades incluyentes, cuyos sujetos sean “ciudadanos y no meros habitantes”. Orlando Zaccone, comisario de policía de Río de Janeiro, le ha secundado: “No vamos a alcanzar la justicia social tan sólo legalizando las drogas”.
“La criminalización ha fracasado. El adicto a las drogas no puede ser considerado un delincuente. Necesitamos una regulación adecuada en función del contexto de cada país”, sostiene el investigador en Farmacología Química Molecular Rafael Maldonado, quien advierte: “En Europa los principales problemas sociosanitarios los causan dos drogas legales, el tabaco y el alcohol”. En Barcelona, se añaden la cocaína y la heroína como objeto de preocupación del Observatorio de Salud Pública de la ciudad, explica la directora de este organismo, Maribel Passarin.
Ante una hipotética legalización del cannabis, de la que tanto se habla, Joan Colom, subdirector de Drogodependencias de la Generalitat de Catalunya, matiza que “los cambios de paradigma no implican un aumento de consumo” mientras la delegada del Gobierno de España para el Plan Nacional sobre Drogas, María Azucena Martí Palacios, reclama prudencia: “La regulación debe estar siempre en alerta porque se nos puede ir de las manos”. Un aspecto en el que incide el expresidente de Colombia, Ernesto Samper: “No tenemos que salir del fundamentalismo prohibicionista para caer en el fundamentalismo legalizador”.
Cannabis legal
En el seminario también se han contrastado resultados de las experiencias reguladoras del cannabis en países como Uruguay o Portugal. “La Ley del Cannabis nos ha permitido perseguir con más eficiencia al narcotráfico”, explica Vitale. “Nuestra principal responsabilidad es ahora con los países que se han quedado atrás”, subraya Joao Castel-Branco, coordinador para los Problemas de Drogas en Portugal.
“Sudamérica es la región del mundo que ha pagado los más altos costos en esta lucha inútil contra las drogas, que ha sido dura con los blandos y blanda con los duros”, recuerda Ernesto Samper. Marco A. Jiménez, sargento de los Mossos d’Esquadra, la policía catalana, señala que “los narcos actúan como auténticas empresas, intentando incorporar siempre a los mejores” mientras Luís Jorge Garay pone el dedo en la llaga: “Sin lavado de activos, la economía de los Estados Unidos podría contraerse un 15%”.
“¿Quiénes ganan con la ilegalidad de este negocio? Los delincuentes de cuello blanco siempre ganan”, remarca Ana Lilia Pérez. En su México natal, desde el inicio de la guerra contra las drogas decretada en 2006 por el presidente Felipe Calderón, “las organizaciones de narcotraficantes han pasado de 12 a 240. El 60% de éstas, dedicadas al sicariato”, ha informado Lisa Sánchez. Mientras, en Brasil, donde el 90 por ciento de los presos lo son por tráfico de drogas por cantidades de tan sólo un gramo, “las cárceles, donde cada día mueren cuatro internos, son una máquina de matar a cuentagotas”, ha denunciado Zaccone.
Prohibicionismo
En el otro extremo, y como adalid del prohibicionismo, se ha manifestado David Murray, codirector del Centro de Investigación sobre Abuso de Substancias del Hudson Institute de los Estados Unidos. “La vaguedad de las propuestas de descriminalización es preocupante. La legalización comercial de la marihuana en Estados Unidos ha provocado efectos astronómicos de prevalencia, lo que generará una problemática catastrófica. Con la regulación tenemos miles de muertos por sobredosis. Además, el 95% de losa adictos rechaza los tratamientos públicos. La descriminalización solo empeorará las cosas”, ha afirmado.
“Las políticas de reglamentación de las drogas persiguen mejorar la situación en salud, derechos humanos y violencia en las sociedades”, le ha replicado Araceli Manjón-Cabeza, directora de la Cátedra Extraordinaria de la Universidad Complutense de Madrid Drogas Siglo XXI.
“El debate sobre la regulación ha posibilitado hablar de otros temas como el desarrollo sostenible o los derechos humanos. El viaje hasta aquí ha valido la pena ya que tampoco estamos tan mal”, ha concluido Constanza Sánchez, del International Center for Ethnobotanical Education.