Jorge Sharp, alcalde de la ciudad chilena de Valparaíso, y Gerardo Pisarello, primer teniente de alcaldía de Barcelona y alcalde accidental, han protagonizado una animada sesión del espacio Diálogos en Casa. Ambos han reivindicado el potencial transformador del municipalismo.
Sharp y Pisarello, partidarios de transformar la sociedad desde las ciudades
Jorge Sharp fue la gran revelación de las elecciones municipales celebradas hace medio año en Chile, consiguiendo con la candidatura del Movimiento Autonomista una holgada (54% de los votos) y sorprendente victoria en Valparaíso, una de las ciudades más importantes del país.
“Representamos la construcción del poder local. Nuestra prioridad es la transformación social desde la pluralidad” ha explicado Sharp quien ha apuntado las graves dificultades a las que se enfrenta la hermosa ciudad costera del norte de Chile. “Por Valparaíso ingresó en el siglo XIX la modernidad en Chile, pero ahora es una ciudad que se incendia y se inunda, sin recursos económicos”, ha admitido.
Degradación y destrucción
“Somos la barrera de contención a la degradación y destrucción de Valparaíso”, ha proclamado el joven político, quien ha ilustrado la ciudad que se ha encontrado con un dato estremecedor: “En Valparaíso hay niños que viven en el cerro que no han bajado nunca al mar”.
Por su parte, Gerardo Pisarello ha abundado en los dos años de experiencia del gobierno de Ada Colau al frente de Barcelona. “El modelo Barcelona acabó muriendo de éxito al generar dinámicas especulativas. Hemos cambiado las prioridades en materia social”, ha explicado.
Golpe de estado diario
El alcalde accidental ha arremetido contra el Gobierno central al que ha acusado de perpetrar “un golpe de estado diario a través del Boletín Oficial del Estado contra la autonomía local. Es un sabotaje permanente”. “Es muy difícil cambiar la escala local si las otras están en contra”, ha añadido. Por todo ello, se ha mostrado partidario de intervenir políticamente en esas escalas de poder autonómica y estatal a pesar del riesgo de perder “la capacidad transformadora de la proximidad”.
Pisarello también ha abogado por una alianza de los productores, esto es, los sectores partidarios de la economía productiva. “En Barcelona, las inversiones especulativas no son bienvenidas”, ha afirmado.
“No hemos venido sólo a parar. También estamos para reformar, cambiar y encarnar un proyecto de modernidad. Si solo somos una propuesta defensiva, no saldremos adelante”, ha advertido.