Se ha argumentado que, en buena parte, el presidente de Brasil Lula da Silva no obtuvo la reelección en primera vuelta en los comicios presidenciales del 1 de octubre por su ausencia en los debates con el resto de candidatos a la jefatura del país y el impacto negativo que esta actitud tuvo entre un electorado magullado por los constantes escándalos de corrupción que han azotado al mandatario. Obligado a jugarse su continuidad en una segunda vuelta de pronóstico incierto, Lula ya ha protagonizado un primer debate televisado con su adversario, el conservador Geraldo Alckmin. Un cara a cara ante las cámaras del que han saltado chispas.
Tenso debate en televisión entre los dos candidatos a la presidencia de Brasil, Lula da Silva y Geraldo Alckmin
Se ha argumentado que, en buena parte, el presidente de Brasil Lula da Silva no obtuvo la reelección en primera vuelta en los comicios presidenciales del 1 de octubre por su ausencia en los debates con el resto de candidatos a la jefatura del país y el impacto negativo que esta actitud tuvo entre un electorado magullado por los constantes escándalos de corrupción que han azotado al mandatario. Obligado a jugarse su continuidad en una segunda vuelta de pronóstico incierto, Lula ya ha protagonizado un primer debate televisado con su adversario, el conservador Geraldo Alckmin. Un cara a cara ante las cámaras del que han saltado chispas.
Los turbios asuntos de corrupción vinculados a ministros y altos cargos del gobierno Lula y a dirigentes del Partido de los Trabajadores (PT) se convirtieron en la principal arma de Alckmin que intentó de esta manera socavar aún más la que parece decreciente popularidad de un Lula da Silva que se defendió como gato panza arriba: “¿Cuántas veces usted está en la cocina y sucede algo en la sala con su hijo que usted no sabe y sólo descubre después?. Ningún presidente y ningún padre de familia saben todo lo que pasa", argumentó Lula, informa BBC Mundo. "Yo soy presidente, no policía", sentenció.
El candidato del PT supo contraatacar con brillantez a las andanadas de su contrincante, gobernador del Estado de Sao Paulo y a quién acusó de no haber permitido la creación de al menos medio centenar de comisiones parlamentarias de investigaciones de denuncias de corrupción. Tras defender su gestión económica – “salvé a un país quebrado”, dijo-, Lula comparó a Alckmin con el presidente norteamericano, George Bush, al referirse a las relaciones de Brasil con la Bolivia de Evo Morales que ha expropiado los activos de la empresa petrolera estatal Petrobras. “"Bolivia es un país pobre y nosotros tenemos el compromiso de ayudarlo a que se desarrolle. Si Bush hubiese negociado, no tendría el problema que tiene en Irak", aseguró Lula.
Según una encuesta realizada tras la celebración de la primera vuelta electoral, en los comicios del 29 de octubre Lula da Silva obtendría la reelección con el 54% de los votos, por el 46% que lograría Geraldo Alckmin. En su reciente estancia en Barcelona, donde pronunció una conferencia en Casa Amèrica Catalunya, Moacyr Villela, dirigente del Movimiento de los Trabajadores sin Tierra (MST) declaró que su formación –distante en la campaña electoral de la primera vuelta– apoyaba a Lula puesto que Alckmin ha descartado realizar una reforma agraria si alcanza el poder.