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07/06/2011 / Barcelona

Antoni Traveria analiza la victoria electoral y los retos del nuevo presidente de Perú, Ollanta Humala

El director general de Casa Amèrica Catalunya, Antoni Traveria, publica martes 7 de junio este artículo de análisis en El Periódico de Catalunya: "Una mayoría de peruanos han dado la espalda al terrorismo de Estado, a las violaciones de los derechos humanos y la corrupción institucional generalizada que supuso el régimen del padre de la candidata Keiko Fujimori, considerado por Transparencia Internacional como el séptimo presidente más corrupto del mundo..."

"...Pero la primera constatación es que Perú aparece partido en dos, polarizado, con un Ollanta Humala vencedor, legitimado por la votación popular, pero al mismo tiempo elegido con un porcentaje nada despreciable de votos escépticos prestados para evitar males mayores. Un segmento significativo de electores que han optado por un voto condicionado para Humala ; un voto reflexivo, vigilante, no apasionado y mucho menos incondicional. En el idioma inca, Ollanta significa «el guerrero que todo lo mira». Tal vez por ese nombre que le puso su padre, desde su derrota en el 2006 ante Alan García , el excomandante del Ejército que el 29 de octubre del 2000 saltó a la fama cuando se sublevó contra el entonces presidente Alberto Fujimori, ha mutado sus propuestas hacia postulados más incluyentes, abierto a incorporar a su proyecto político otras sensibilidades, alejadas de la radicalidad extrema con la que se expresaba. Con ese cambio ha sido como ha conseguido ganar en el último minuto a una oponente que todavía despertaba mayores índices de rechazo. Hoy, su aliado político en el Congreso para tener mayoría será el partido de Alejandro Toledo , nada más y nada menos, el mismo que cuando era presidente en el 2004 firmó su pase a retiro del Ejército, el mismo que el domingo por la noche proclamaba «el triunfo de la democracia y del pueblo» ante la victoria de quien era su enemigo político hasta hace solo un par de meses.  Quienes más conocen a Ollanta Humala coinciden en definirle como pragmático, al que no le gusta arriesgar en sus decisiones, de izquierdas y nacionalista. Su gran desafío será casar una mejor redistribución social de la riqueza con el mantenimiento del crecimiento económico de los últimos años, que acorte las enormes distancias entre ricos y pobres, el punto débil común que hundió la popularidad de Alejandro Toledo y Alan García. Un país que crece como China y que mantiene a cerca de 10 millones de peruanos en la pobreza.  En política internacional las coincidencias estarán más cerca de Brasil que de Venezuela, en sintonía soberanista con los Gobiernos de izquierda de Argentina, Uruguay, Paraguay, Ecuador y Bolivia. Sin duda, un nuevo revés para Washington, en tanto que pierde, eso sí es seguro, un aliado en una región donde ya tiene pocos".