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29/05/2009 / Barcelona

Antonio Orlando Rodríguez, escritor cubano: “La investigación de la literatura infantil y juvenil latinoamericana no se acaba nunca”

Exposición ‘cum laude’ en Casa Amèrica Catalunya sobre los dos siglos de existencia de la literatura infantil y juvenil (LIJ) latinoamericana a cargo del escritor cubano, especialista en el género,  Antonio Orlando Rodríguez. Ha sucedido en el transcurso de las jornadas “Cuentan que cuentan”. Rodríguez ha trasladado una exhaustiva e ilustrativa hoja de ruta que acredita la prolífica producción de obras maestras del género en la práctica totalidad de países de América Latina, con decenas de autores que se han convertido en clásicos de una literatura esencial para entender las idiosincrasias y realidades sociales del continente. “La investigación  de la LIJ latinoamericana no se acaba nunca. Es muy dificil conocer este género porque existe una barrera diabólica que impide que los libros de LIJ circulen entre los países de América Latina”, ha señalado Rodríguez quien, sin embargo, reivindica lo latinoamericano. “Uno forma parte de una cultura y una corriente y, como autor, también viene de lo que no ha leído”, ha matizado. (En la imagen, Antonio Orlando Rodríguez fotografía al escritor colombiano Ivar da Coll firmando una ilustración a un niño en Casa Amèrica Catalunya)

Rodríguez ha explicado que en sus inicios la LIJ latinoamericana tenía como ejes monotemáticos el premio a la virtud, el temor a Dios y el castigo a la desobediencia. El escritor cubano ha señalado al poeta colombiano Rafael Pombo como el pionero en la revolución del género en América Latina. “Con él llega por vez primera el desenfado, la fantasí,a lo absurdo, la posibilidad de reir y bromear”, ha dicho, destacando sus obras “Cuentos pintados” y “Cuentos morales para niños formales”, de título “engañosos”, ha precisado. En opinión de Rodríguez, el otro escritor fundamental para entender la LIJ latinoamericana es el cubano José Martí, quien a finales del siglo XIX editó cuatro números de la revista infantil “La edad de oro” con el propósito de formar a través de propuestas estéticas novedosas. “De un plumazo, la LIJ pasa a situarse entre lo mejor de la narrativa latinoamericana”, ha añadido. A partir de aquí, el recorrido planteado por Rodríguez por los escritores y poetas latinomaericanos que han abordado el género es fascinante. Empezando por el nicaragüense Rubén Darío, de quien ha destacado su obra “Margarita” y que, como “clásico modernista por excelencia supuso una bocanada de aire fresco para el género”. O por la chilena Gabriela Mistral, autora de 55 poemas para libros de lectura infantil, quien “metafóricamente, fue el primer Premio Nobel para literatura infantil”, en opinión del ponente. Antonio Orlando Rodríguez, Premio Alfaguara de Novela 2008, ha citado a continuación una extensa lista de autores y obras de literatura infantil latinoamericana en la que prácticamente todos los países de la región están presentes. Entre los apuntados, el argentino José Sebastián Tallón con “Las torres de Nuremberg”; el boliviano Óscar Alfaro, autor de “Cien poemas para niños” o “Canta Pirulero”; la salvadoreña Claudia Lars, con su “Escuela de pájaros” o el uruguayo Héctor Quiroga, cuyo “Cuentos de la selva”, escrito sobre 1915, fue “probablemente el primer libro latinoamericano con reconocimiento internacional” ya que fue traducido al inglés, francés y ruso. Otros representantes del género subrayados por Rodríguez son el brasileño Monteiro Lobato, “fundador de la literatura moderna” de su país; el argentino Janer Villafañe, autor de piezas para tetaro de títeres; el venezolano Aquiles Nazoa; Joaquín Gutiérrez, el chileno que escribió “Cocori”, “uno de los libros más bellos del género, comparado con “El Principito”; la argentina María Elena Walsh, “la más influyente de la literatura de su país”, autora de “El reino del revés”; o la brasileña Lygia Bojunga Nunes, quien en sus cuentos aborda “temas tan perturbadores como la violación femenina”. Para el conferenciante, los principales polos contemporáneos de creación de literatura infantil y juvenil en América Latina son Brasil, Argentina y Cuba.