El presidente de la Generalitat de Catalunya, Pasqual Maragall y el líder de la oposición, Artur Mas, de Convergència i Unió, tienen motivos para estar satisfechos. Ambos alcanzaron in extremis un acuerdo que ha permitido salvar el proyecto de nuevo Estatuto de Autonomía tras 20 meses de negociaciones que amenazaban con provocar un gran descrédito de la clase política catalana de no haberse logrado el consenso. Ahora, el Estatuto debe ser aprobado por las Cortes de Madrid en una travesía que se vislumbra repleta de dificultades.
Aprobado el nuevo Estatuto de Autonomía de Catalunya con el apoyo del 90 por ciento de los diputados del Parlamento autonómico
El presidente de la Generalitat de Catalunya, Pasqual Maragall y el líder de la oposición, Artur Mas, de Convergència i Unió, tienen motivos para estar satisfechos. Ambos alcanzaron in extremis un acuerdo que ha permitido salvar el proyecto de nuevo Estatuto de Autonomía tras 20 meses de negociaciones que amenazaban con provocar un gran descrédito de la clase política catalana de no haberse logrado el consenso. Ahora, el Estatuto debe ser aprobado por las Cortes de Madrid en una travesía que se vislumbra repleta de dificultades.
El proyecto de nuevo Estatuto de Autonomía de Catalunya ha sido aprobado esta mañana con los votos favorables de 120 de los 135 diputados que conforman el Parlamento autonómico. Tan sólo los 15 diputados del grupo del Partido Popular –el principal partido de la oposición en España pero minoritario en Catalunya– han votado en contra de un texto que tiene el apoyo del Partido de los Socialistas de Catalunya –PSC, federado con el PSOE, partido que gobierna en España-, Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), Iniciativa per Catalunya (IC) y Convergència i Unió (CiU). PSC, ERC e IC forman un gobierno tripartito, en el poder en Catalunya desde 2003 cuando el socialista Pasqual Maragall relevó al frente de la Generalitat a Jordi Pujol (CiU), que había ejercido la presidencia de Catalunya desde 1980.
El nuevo Estatuto de Autonomía de Catalunya substituye al vigente hasta ahora, que fue promulgado en 1979. El proyecto contempla cuestiones polémicas que ya han sido fuertemente criticadas por destacados dirigentes de PSOE y PP, los dos principales partidos políticos españoles, en lo que se avecina como un reto de enorme envergadura para el presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, que se ha comprometido públicamente a conseguir que las Cortes Generales aprueben el nuevo Estatuto catalán si es constitucional y dispone del respaldo mayoritario del Parlamento autonómico, como es el caso.
La definición de Catalunya como “nación” y el nuevo sistema de financiación propuesto –similar al “concierto” económico del País Vasco y Navarra– han levantado ampollas y algunos dirigentes políticos del PSOE, como el presidente de la Junta de Extremadura, Juan Carlos Rodríguez Ibarra, han vaticinado que el nuevo Estatuto no será aprobado por las Cortes. El líder de la oposición y del PP, Mariano Rajoy, ha ido más lejos y ha pedido que el proyecto no sea admitido a trámite.
En este contexto, Pasqual Maragall, ha parafraseado a su abuelo, el poeta Joan Maragall que, a finales del siglo XIX, con España en plena crisis por la pérdida de Cuba y Filipinas, y en un momento en el que el nacionalismo político catalán, de la mano del resurgir de la cultura catalana, reclamaba su espacio, escribió el poema “Oda a Espanya” en el que decía: “Escucha, España, la voz de un hijo que te habla en lengua no castellana”. Hoy, su nieto, el presidente de la Generalitat de Catalunya ha manifestado: “mi mensaje a España es: escúchanos, que nos entenderemos”.