Su nombre real es Ava Taparendy (del guaraní, Pequeño Camino Luminoso) aunque para la burocracia brasileña se llama Ládio Veron. Es líder reconocido de los guaraní kaiowá y ha viajado a Europa a sensibilizar y buscar apoyos ante la desesperada situación de los pueblos indígenas en Mato Grosso do Sul (Brasil). “Nos están matando por exigir nuestros derechos”, ha afirmado en un acto celebrado en nuestra sede.
Ava Taparendy, líder guaraní: ‘Sin el apoyo de Europa nos espera la destrucción total’
Actualmente, los guaraní kaiowá están recluídos en 88 áreas de confinamiento en Mato Grosso do Sul, estado brasileño limítrofe con Paraguay. Tampoco pueden vivir en muchas de las zonas homologadas por la administración como tierras de los pueblos indígenas: se lo impiden los latifundistas y facenderos con intereses en el agronegocio, utilizando, si es preciso, la violencia de forma impune.
'Matan a los nuestros'
“Vivimos de forma precaria al lado de las carreteras, bajo lonas, sin servicios. Intentamos retomar nuestras antiguas tierras pero matan a nuestros líderes. Hay asesinatos programados, atropellos, enfermedades…” explica el cacique Taparendy. Su padre fue asesinado en 2003 por defender los derechos de los kaiowá.
“En el Mato Grosso nadie puede ir contra los intereses de los terratenientes porque pones tu vida en peligro”, apunta Jordi Ferré, profesor de lenguas catalán residente en un poblado guaraní que acompaña al portavoz kaiowá en su viaje europeo. Entre 2003 y 2015, 891 indígenas fueron asesinados en Brasil, casi la mitad en Mato Grosso do Sul.
Los territorios de los pueblos indígenas de la zona son ahora enormes extensiones de campos de soja o de caña de azúcar. Los bosques de árboles han desaparecido substituidos por los productivos y depredadores eucaliptus. “Nos han arrebatado la tierra y la naturaleza. Nuestras tierras están devastadas y envenenadas. Queremos trabajarlas para reforestarlas y poder sobrevivir como pueblo”, dice Ava Taparendy. Su triste mirada sólo se ilumina cuando antes de esta comparecencia en Casa Àmèrica Catalunya logra contactar con su familia vía skype.
Apoyo europeo
La exasperante lentitud -cuando no pasividad- de la administración en la demarcación de tierras de los pueblos indígenas también ha contribuido, y mucho, a esta alarmante situación. Al borde de su extinción, los kaiowá esperan conformar una red de apoyo en Europa que haga reaccionar al estado brasileño. “Solicitamos una pequeña parte de lo que era nuestro territorio. Es tan solo el 2% de Mato Grosso do Sul y es lo que legalmente nos pertenece”, subraya el representante guaraní.
“No he venido a Europa de turismo o a buscar dinero sino a sensibilizar y divulgar nuestra causa. Nos han quitado nuestras tierras pero no nuestra lengua y nuestras creencias. Seguiremos luchando hasta que el último kaoiwá esté de pie. Sin el apoyo de Europa no hay esperanza y vamos a la destrucción total”, afirma, sereno pero contundente, Ada Taparendy.