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09/10/2009 / Barcelona

Barcelona, capital editorial latinoamericana: ¿qué hay de cierto? Reflexiones de los editores Jorge Herralde y Olga Martínez y los escritores Rodrigo Fresán y Martín Gómez

Hace 40 años, diversas editoriales con sede en Barcelona se convirtieron en el epicentro del denominado ‘boom’ literario latinoamericano. Aquel ‘tsunami’ generó referentes de la literatura mundial como el colombiano Gabriel García Márquez o el peruano Mario Vargas Llosa, los dos autores más reconocidos de aquel fenómeno. Bajo este influjo, y desde entonces, la capital catalana ha supuesto un polo de atracción casi constante para muchos escritores de América Latina, que han decidido desarrollar su labor a orillas del Mediterráneo. Sin embargo, el paso del tiempo y la irrupción de las nuevas tecnologías cuestionan la autenticidad de la capitalidad editorial latinoamericana de Barcelona, tema sobre el que han debatido en Casa Amèrica Catalunya los editores Jorge Herralde y Olga Martínez Dasi y los escritores Rodrigo Fresán y Martín Gómez, quien ha moderado la sesión.

De entrada, el argentino Rodrigo Fresán ha desmentido que en su caso decidiera instalarse en Barcelona siguiendo los pasos de sus distinguidos antecesores. “Mi gran fantasía no era escribir para la Editorial Anagrama sino ganar dinero para comprar libros, o ingeniármelas para robarlos”, ha dicho para destacar a continuación “el mito creciente de Roberto Bolaño, con el que la nueva generación de escritores latinoamericanos ee identifica”. El escritor y poeta chileno Roberto Bolaño, fallecido en 2003 a los 50 años de edad en Barcelona –donde trabajó de vendimiador y vigilante nocturno-, fue distinguido con el Premio Rómulo Gallegos de novela y con el Premio Herralde por “Los detectives salvajes”. Jorge Herralde, editor de Anagrama, el sello que junto a Tusquets polarizó la producción editorial de aquel ‘boom’ latinoamericano, ha recordado que las últimas ediciones del prestigioso Premio Herralde la ganan sistemáticamente autores de América Latina porque sus obras son simplemente mejores y ha subrayado que ninguno de estos escritores es especialmente conocido. Desde el año 2003, el Premio Herralde ha sido concedido a autores como el argentino Alan Pauls, el mexicano Juan Villoro, el peruano Alonso Cueto, el venezolano Alberto Barrera Tyszka, el argentino Martín Kohan y el mexicano Daniel Sada. “Los autores latinoamericanos se venden bastante mal”, ha afirmado. Olga Martínez, editora de Candaya, ha admitido por su parte que la etiqueta Barcelona como meca editorial latinoamericana “tiene más de mito que algo real” y ha señalado que en la actualidad la ciudad vive un momento de “atomización”. “Lo bueno no es siempre lo que se conoce. Hay mucho que descubrir en Latinoamérica”, ha reflexionado. “Existe un total desconocimiento mutuo y ya no tenemos una tradición literaria común”, se ha lamentado. Martínez ha apuntado “un desplazamiento hacia Madrid” de la producción editorial y la pujanza de ciudades como Zaragoza, Murcia o Málaga.  Sobre el papel de las nuevas tecnologías, Fresán ha arremetido contra los ‘blogs’ de Internet. “Es como el salvaje oeste, no hay ley. Y en cualquier territorio debe haber una ley”. Olga Martínez le ha secundado. “Los blogs tienen tendencia al todo vale y a dilapidar a los buenos autores”, pero también ha admitido que gracias a la red “es un privilegio acceder a los suplementos literarios de la prensa argentina o mexicana”. Sin embargo, para la editora de Candaya “uno entiende la literatura de un país cuando va a ese país”. Para Herralde, “Internet es útil para la circulación de textos y manuscritos”. Los contertulios también han hablado del libro digital. “Estamos en un momento embrionario y hay muchas lagunas legales en cuanto a los derechos de autor”, ha señalado Herralde. “Voy a estrenar el libro digital en el momento de la mudanza”, ha zanjado Fresán.