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10/02/2011 / Barcelona

Carlos Mesa y Josep Ramoneda advierten de la decadencia de Occidente por la hegemonía de la economía y el descrédito de la política

Carlos Mesa, ex presidente de Bolivia, periodista y actualmente profesor de la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona, y Josep Ramoneda, filósofo y director del centro de Cultura Contemporánea de Barcelona (CCCB), han abordado en Casa Amèrica Catalunya los condicionantes de la relación entre la comunicación política y el poder. Moderados por el director adjunto de El Periódico de Catalunya, Albert Sàez, y ante un auditorio repleto de público, los dos intelectuales han coincidido en señalar que el aplastante dominio de la economía como referente cultural y el deterioro de la política han provocado que “el paradigma del desarrollo y progreso ya no funcione”. “Existe la percepción generalizada de que el mercado es el referente, de que cada vez contamos menos y de que estamos en un mar donde nada cambia”, se ha lamentado Mesa.

En este contexto hegemónico de la economía,“el político se ha convertido en el chivo expiatorio de la sociedad. Algo puede ir en su sueldo, pero no puede ser sólo eso”, ha apuntado Ramoneda, para el que una figura por encima de bien y del mal como lo fue en su momento el francés Charles de Gaulle es ahora “impensable”.  “Los políticos de hoy, a diferencia de los de ayer, son “light”. Pero, ¿acaso no pertenecemos a una generación “light”?. La sociedad del “Gran Hermano” no va a generar a Platón”, ha ironizado Mesa quien, en el inicio de su exposición ya se había lamentado por la reciente transformación, en España, de un canal de televisión especializado en noticias por otro centrado en la transmisión ininterrumpida de este “reality show”.  Tocaba abordar un ejemplo para visualizar esta descomposición de la figura del político. Ramoneda y Mesa han hablado Silvio Berlusconi, primer ministro italiano y propietario del imperio televisivo creador del programa anteriormente apuntado: “Berlusconi no es un anacronismo sino el reflejo de la cultura del consumismo. En Europa, con niveles de bienestar bastante grandes, las sociedades son hipocondríacas y paranoicas, con miedo a perder lo obtenido y dar pasos arriesgados”, ha dicho Ramoneda quien ha puesto el dedo en la llaga: la complicidad europea con las dictaduras del Norte de África porque les daban seguridad y confianza. Mesa, por su parte, se ha referido al fenómeno Berlusconi en tanto que reflejo de cómo el poder ejecutivo bloquea que el sistema institucional italiano resuelva el “problema” (los presuntos delitos que habría cometido el mandatario). El ex presidente de Bolivia –quien ha reconocido que su pasado en los medios de comunicación “no fue gratuito” para llegar a ocupar este cargo– ha señalado las similitudes entre Berlusconi y algunos líderes latinoamericanos que consideran que “ellos son la revolución y las instituciones”. “Los estados se debiiltan porque han perdido credibilidad. En América Latina un parlamentario boliviano tiene mucho menos poder que un sindicalista cocalero y el Parlamento menos incidencia que el bloqueo de una carretera. Hoy, la influencia de un tertuliano es superior a la de un político”, ha explicado Mesa quien, sin embargo, ha vertido unas gotas de optimismo en este mar de confusión: “Las revoluciones en Túnez y Egipto nos demuestran que el espíritu humano, por impredecible, también da sorpresas, y no siempre desagradables”.