Esta web utiliza cookies propias y de terceros para ofrecerte un mejor servicio. Al navegar, consideramos que aceptas su uso. Más información

Aceptar
10/12/2008 / Barcelona

Carolina Espinoza y Kika Valdés, realizadoras de “La alegría de los otros: el 5-O visto desde lejos”: “Nos avergüenza que en Chile siga vigente la Constitución creada por Pinochet”

Este 10 de diciembre se cumplen 60 años de la Declaración Universal de los Derechos Humanos y dos de la muerte del dictador chileno Augusto Pinochet. Coincidiendo con esta efemérides, Casa Amèrica Catalunya acoge el estreno del documental “La alegría de los otros: el 5-O visto desde lejos” (Chile-España, 2008, 42’), de Carolina Espinoza, Ingrid Ormeño y Kika Valdés. Un trabajo audiovisual que reflexiona sobre aquel emblemático 5 de octubre de 1988 cuando el pueblo chileno, en referéndum, frustró las intenciones de Pinochet de seguir en el poder. 17 años después, Chile goza de una salud democrática cuestionable tal y como apuntan en la siguiente entrevista Carolina Espinoza y Kika Valdés, dos de las realizadoras de esta radiografía de Chile por chilenos del exterior.

El estreno del documental coincide con el 60 aniversario de la Declaración de los Derechos Humanos y con el segundo de la muerte del dictador Pinochet...(Carolina, C) Sí, lo acabamos de finalizar y para nosotras es muy importante venir a presentarlo a Barcelona donde la colonia de chilenos, si no más numerosa que la de Madrid, se nota más, es más proactiva. El documental está pensado desde el punto de vista de una fecha emblemática, pero no desde lo que ya se ha contado en los 35 años desde el golpe de estado de Pinochet. Es la visión de la gente que nació después del golpe y que creció con la dictadura, y que ve esta fecha, el 5 de octubre de 1988, como algo mucho más significativo de lo que les pueda parecer a nuestros padres o abuelos, a quienes realmente se les interrumpió la democracia el 11 de septiembre del 1973. Para nosotros, el 5-O del 88 es todo lo contrario: se comenzó a hablar abiertamente de política en Chile, se escuchó a nuestros padres y vecinos que habían callado, comienza el Chile que había estado apagado y se empieza a ver la luz después del túnel y a conocer el país en el que habían crecido nuestras familias.  En el documental abundáis en la opinión de los que desde la distancia y el exilio trabajaron mucho por la recuperación de la democracia en Chile.(Kika, K) Fue la visión que quisimos buscar. Nosotras vivimos fuera de Chile por cosas coyunturales. Y en Chile se están haciendo muchos trabajos documentales muy encerrados en el país. Queríamos constatar cómo se veía desde fuera, como veía el mundo a Chile. Y sobre todo en España, donde el 5-O se vivió de forma muy cercana. Registramos los diarios de las época, y nos dimos cuenta de que hubo mucho interés. Nos sorprendió. Había editoriales, portadas... más que en otros países. Había mucha conexión con Chile quizás porque recordaba el proceso de transición vivido en España... Quisimos reflejar cómo se veía desde fuera, por los medios de comunicación y por la gente del exilio. Y desde esa lejanía, ¿cómo se interpreta ese 5 de octubre y el modelo de democracia en Chile con la Concertación (coalición de socialistas y demócratas cristianos) en el poder?(C) Llevamos 17 años de democracia tras 17 de dictadura. Es momento para ver hacia dónde partimos: ¿hacia una rotación del gobierno -¿una alternancia en el poder es sana para una democracia?- o a un sistema que consideraríamos más honesto y en el que cada partido se presentaría directamente?  ¿Esta concertación de partidos por la democracia, que instrumentalmente fue buena para echar al dictador, ahora ya ha cumplido su vida y es momento de replanteársela?. Al final de los 42 minutos de documental, los 27 entrevistados lo plantean así, porque es un trabajo con muy poca voz en off y mucho protagonismo de los entrevistados. Es muy testimonial, de chilenos extranjeros y en el exilio, lo más representativo posible, que toma una fotografía del 5 de octubre y una fotografía a futuro, de cómo sería esa continuidad. Ofrece una visión desde fuera y evita esa mitología chilena de mirarse el ombligo: la crítica más común cuando regresas tras 5 o 6 años fuera y preguntas cómo está el país, la respuesta más común es ‘bah, este país siempre está igual’, y cuando le preguntas en qué igual no te saben decir, es como una pescadilla que se muerde la cola...  Con este documental nos planteamos en qué ha avanzado la democracia chilena, qué nos falta por avanzar, y qué nos duele mucho y nos avergüenza que no se haya avanzado nada. Por ejemplo, la Constitución de 1980, creada por el dictador y que con parches, sigue vigente. ¿Del documental, pues, se extrae la conclusión de que la chilena es una “democracia tutelada” que debiera avanzar más en cuestiones como justamente la de los Derechos Humanos?(K) Son conclusiones que extraen los propios entrevistados, chilenos de fuera y de dentro. Es una buena radiografía aunque nosotras no la ponemos como una conclusión totalitaria, lo dejamos abierto... pero es como decir si después de estos 17 años seguimos con la misma Constitución, juzguen ustedes mismos. (C) Es paradójico que un día como hoy en que termina la dictadura y empieza la democracia en un país, la Constitución es producto de ese cambio. Y nosotros eso no lo hemos tenido. (K) Y además está atado, amarrado. (C) Y algo tan simple como emitir nuestro voto para un alcalde o un presidente, del gobierno o de la comunidad, nosotros, los chilenos en el extranjero, a día de hoy, todavía no lo tenemos tras 17 años. Siendo nacionales chilenos en el extranjero no podemos votar, y en España tampoco al no tener la nacionalidad española. Estamos en un limbo, sin derecho a voto. Hoy por hoy, el millón de chilenos que estamos fuera –y ya no estamos lejos del país por razones políticas- no tenemos derecho a voto. En un día como hoy, esta reivindicación es la que más nos duele. Y en diciembre de 2009, justo en un año, habrá en Chile elecciones generales y presidenciales y una vez más no tendremos derecho a votar. La Constitución exige una mayoría de 2/3 partes del Senado para propiciar el cambio legislativo, pero esa mayoría no se consigue porque la Constitución contempla un número de senadores designados, una herencia en clave autoritaria de la dictadura. Y temer hoy por hoy un abrumador dominio del voto de izquierda en la emigración ya no tiene sentido porque los chilenos de afuera ya no son exiliados políticos, lo son por motivos económicos, de estudios, etc... No se sabe cuál sería con certeza la correlación de fuerzas, pero de momento nos tenemos que conformar con votaciones simbólicas en la Puerta del Sol de Madrid.