Los vínculos entre las personas y las máquinas avanzan a pasos agigantados y para la mayoría, profana en la materia, se trata de una relación misteriosa aunque cada vez más imprescindible en el día a día. Una compleja cuestión que ha sido desmenuzada por los expertos Carlos Chimal –escritor y divulgador científico mexicano- y Alícia Casals -Catedrática en el Departamento de Ingenieria de Sistemas, Automática e Informática Industrial de la Universidad Politécnica de Catalunya (UPC) y Directora de la división de Robótica y Visión del Centro de Investigación de Ingenieria Biomédica de Catalunya– en la sesión “Máquina y Poder” del Ciclo “Ciencia y Poder” organizado por el ICCI/Casa Amèrica Catalunya.
Chimal y Casals muestran su optimismo ante los avances en la comunicación entre personas y máquinas
Los vínculos entre las personas y las máquinas avanzan a pasos agigantados y para la mayoría, profana en la materia, se trata de una relación misteriosa aunque cada vez más imprescindible en el día a día. Una compleja cuestión que ha sido desmenuzada por los expertos Carlos Chimal –escritor y divulgador científico mexicano- y Alícia Casals -Catedrática en el Departamento de Ingenieria de Sistemas, Automática e Informática Industrial de la Universidad Politécnica de Catalunya (UPC) y Directora de la división de Robótica y Visión del Centro de Investigación de Ingenieria Biomédica de Catalunya– en la sesión “Máquina y Poder” del Ciclo “Ciencia y Poder” organizado por el ICCI/Casa Amèrica Catalunya.
Carlos Chimal, con “Humano-animal-máquina; ¿círculo virtuoso o círculo vicioso?”, ha centrado su intervención en los aspectos éticos de esta relación subrayando que “dar la vida a un autómata es algo tan anhelado como temido y ésta es la base del mito de Frankestein”. El especialista mexicano se ha preguntado “si se puede hablar de una co-evolución de máquinas y seres vivos” y ha recordado que Leonardo da Vinci “ya ilustró el preludio del mundo cibernético con análisis pertinentes del funcionamiento de los seres humanos y de las máquinas”.
Así, pues, y en contra de lo que pueda parecer en una primera impresión, Chimal ha remarcado la longevidad de esta relación persona-máquina y cómo los grandes pensadores han reflexionado sobre la misma. “La capacidad de equivocarnos es lo que nos distingue de las bestias”, ha dicho citando a Descartes para apuntalar su reflexión de que “todo conocimiento está basado en el razonamiento, ya sea éste difuso o formal”. Por ello, Chimal ha señalado que la próxima generación de robots será capaz de llevar a cabo razonamientos basados en representaciones simbólicas”.
Alícia Casals, por su parte, ha efectuado una extensa descripción de las capacidades de las máquinas más extendidas, como los ordenadores desvelando algunos de los secretos que es esconden la nueva e inminente generación de autómatas. Se trata de la conexión mioeléctrica –a través de los nervios o músculos humanos, el aparato detecta e interpreta la orden emanadas desde el cerebro– o la conexión neurológica, basada en el análisis de la actividad cerebral a través de electrodos.
“En este campo hay resultados esperanzadores”, ha afirmado Casals, que ha informado de la existencia de experimentos consistentes en conseguir el control del ratón del ordenador con el pensamiento. “En un ensayo realizado en Suiza se consiguió mover con el pensamiento a un pequeño robot ubicado en un laberinto tras conseguirse identificar estados mentales con movimientos o pausas”.
Para la Catedrática de la UPC, “la casa inteligente es el paradigma de la comunicación persona-máquina” mientras que Chimal ha vaticinado que “en 10 años habrá reproducciones in vitro de personas y deberemos afrontarlo”. Ambos han coincidido en manifestar, en el posterior debate con el público, que todo avance tecnológico en la comunicación entre humanos y máquinas es positivo si logra la felicidad de la persona que lo utiliza.