Casa Amèrica Catalunya ha acogido un intenso acto en solidaridad con el juez Baltasar Garzón, apartado del cargo por presunta prevaricación al iniciar una investigación sobre las decenas de miles de desapariciones forzadas y secuestros de niños durante el régimen franquista. Los ex fiscales José María Mena y Carlos Jiménez Villarejo; la periodista Montse Armengou; el presidente de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica en Catalunya, Manel Perona, y el abogado argentino, Premio Joan Alsina de Derechos Humanos, Carlos Slepoy, han asistido a la presentación del libro “La solidaridad con el juez Garzón” y han cargado contra los jueces del Tribunal Supremo y su talante decimonónico. “Son herederos de un comportamiento que proviene del franquismo y de la reacción ultraconservadora del siglo XIX”, ha dicho Mena. “Naturalmente que el franquismo pervive entre nosotros. Todavía hay más de 100.000 víctimas pendientes de justicia”, ha subrayado Jiménez Villarejo ante la mujer de Garzón, Rosario Molina, y del secretario general de Iniciativa per Catalunya, Joan Herrera, presentes en la repleta sala.
Clamor en solidaridad con Baltasar Garzón y por la investigación judicial de los crímenes del franquismo
El ex fiscal jefe de Catalunya y ex fiscal Anticorrupción Carlos Jiménez Villarejo impulsa la Plataforma contra la Impunidad (www.contralaimpunitat.tk) por la necesidad de dar respuesta al proceso contra Garzón.
“Todo es absolutamente lamentable” ha dicho en alusión a las maniobras del Tribunal Supremo para hacer coincidir la causa del franquismo con otros que se siguen contra Garzón y crear un clima “propicio”. Jiménez Villarejo ha dicho que el ponente de la causa, el magistrado Adolfo Prego, no está legitimado por su “compromiso directo con el franquismo y sus herederos”.
Sin pelos en la lengua, José Maria Mena ha recordado que los crímenes de lesa humanidad, como los reflejados en la causa contra el franquismo, no prescriben, en contra del parecer del Tribunal Supremo: “El caso Garzón es fruto de la perspectiva deplorable, por aldeana y reaccionaria, del Tribunal Supremo, que no concibe que los conceptos jurídicos son globales. Muestran una infalibilidad dogmática casi pontificia, lo que es la puerta jurídica para crear la Inquisición. Hoy a Baltasar Garzón no lo quemarán pero están procurando eliminarlo”.
En este sentido, la periodista Montse Armengou, una de las autoras del reportaje “Los niños perdidos del franquismo”, que visibilizó el impacto del secuestro sistemático por el régimen de Franco de menores de padres republicanos, ha señalado que “para mucha gente, lo que ha pasado con Baltasar Garzón es un aviso por donde pueden ir las cosas”.
Manel Perona, por su parte, se ha preguntado: “si 130.000 víctimas no son suficientes, ¿qué hace falta para investigar en este país?”
“El Tribunal Supremo” antepone la “lógica de estado” humillando e invisibilizando a las víctimas mientras expresa su complacencia con la extrema derecha”, ha dicho Jiménez Villarejo, quien ha informado que en España todavía restan 1.097 fosas comunes pendientes de actuación y que de los más de 130.000 desaparecidos durante el franquismo sólo se han exhumado unos 5.000 cadáveres.
“La persecución al juez Garzón es el castigo del disenso y de la libertad de interpretación de las leyes. Están socavando los cimientos de la democracia y traicionando los principios fundamentales del Estado de Derecho. Pero seremos fieles a Cervantes, que dijo: nos podrán quitar la ventura pero el esfuerzo y el ánimo resultará imposible”, ha añadido.