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06/06/2006 / Barcelona

Coincidencia casi unánime de los periódicos españoles en calificar de mal menor la victoria de Alan García en las presidenciales del Perú

“Mal menor”. Este ha sido el término utilizado por las editoriales de tres de los principales periódicos españoles -El Periódico de Catalunya, La Vanguardia y El País- en el análisis de la victoria de Alan García en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales del Perú celebradas el domingo 4 de junio. Escrutado el 91% de los votos, García, candidato del APRA, ha obtenido el 53,5% de los sufragios por el 46,4% cosechado por su competidor, Ollanta Humala, del Partido Unión por el Perú. (UPP).

“Mal menor”. Este ha sido el término utilizado por las editoriales de tres de los principales periódicos españoles  -El Periódico de Catalunya, La Vanguardia y El País- en el análisis de la victoria de Alan García en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales del Perú celebradas el domingo 4 de junio. Escrutado el 91% de los votos, García, candidato del APRA, ha obtenido el 53,5% de los sufragios por el 46,4% cosechado por su competidor, Ollanta Humala, del Partido Unión por el Perú. (UPP).
 
Para La Vanguardia, estas elecciones han puesto de manifiesto “la profunda grieta social y económica de Perú” y subraya que “la derecha ya se ha encargado de recordarle a  -a García- el voto prestado por representar el “mal menor” frente a Humala”. En opinión del rotativo barcelonés, García está ahora obligado a cumplir sus promesas: reforma constitucional y modernización del estado; descentralización; mejora de servicios básicos e infraestructuras; lucha contra la pobreza y el narcotráfico, y creación de empleo.
 
El Periódico de Catalunya señala que la victoria del candidato del APRA es “un caso insólito y extremo de triunfo del mal menor” y considera que “García vuelve a ser la máxima autoridad peruana porque la clases medias urbanas lo consideran menos perjudicial para sus intereses que el imprevisible ex golpista Ollanta Humala”.  Para este diario, el futuro inmediato del país andino viene marcado por las dudas que generan la capoacidad de García para dar continuidad a la regeneración económica iniciada por el presidente saliente, Alejandro Toledo, y “por la tentación de Humala de utilizar su influencia en los medios campesinos para conseguir con la presión de la calle el poder personal que le han negado las urnas”.
 
La editorial de El País empieza recordando que García dejó en 1990 a Perú “sumido en un caos de hiperinflación, corrupción e insurgencia” pero califica de “limpio” su triunfo electoral y de “ingente” la tarea que le espera. Y es que el diario remarca que la mitad de su victoria es debida al apoyo de los votantes de la conservadora Lourdes Flores en la primera vuelta. “Mucho peruano, como se ha dicho, ha debido taparse la nariz ante la urna”, subraya El País que otorga una dimensión geopolítica a los resultados del domigo al suponer un “frenazo a las aspiraciones políticamente expansionistas de la revolución bolivariana impulsada por Chávez desde Venezuela”.
 El diario “Avui” –escrito en lengua catalana– coincide en afirmar que el triunfo de García supone un “alivio en una zona alterada democráticamente por la influencia de Venezuela, Cuba y Bolivia” y sostiene que “el programa de Humala ha hecho temblar a las personas con un mínimo de sentido común tanto dentro como fuera del país”. Así las cosas, para el “Avui”, se ha impuesto una “cierta racionalidad” con el regreso de García a la presidencia del Perú.