Continuación de la entrevista concedida por Cristina Banegas a Casa Amèrica Catalunya. La gran señora del teatro argentino y directora de escena del recital Del Amor que el poeta Juan Gelman y el Mederos Trío presentarán el martes, 28 de septiembre, en L’Auditori de Barcelona continúa desgranando sus vivencias de tantos años con el enorme rapsoda, tal vez el mejor poeta vivo en la actualidad. Cuatro décadas de íntima amistad dan para mucho. Nuestra Fundación tendrá el honor de organizar y estrenar un espectáculo único que ojalá, en deseo de Banegas, llegue a Buenos Aires, a la Argentina, y a otros muchos escenarios, corazones y almas.
Cristina Banegas: “Ojalá Barcelona fuera el inicio de una gira con Gelman, Mederos y el recital Del Amor” (y 2)
Apenas le cuesta a La Banegas recordar. Es como si fuera ayer, “conocí a Gelman a los 14 años, leyendo su libro Gotán, tango al revés. Me acuerdo que se lo pasaba a las compañeras del Liceo, entusiasmada en su lectura. Era el 62 y el profesor de Literatura, muy reaccionario él, me echó de clase por revolucionaria. Tal como entraba él en el aula, salía yo por la puerta. Después, lo conocí de veras en casa de Paco Urondo, poeta asesinado por la dictadura. Ahí hacíamos reuniones entre el Sargent Pepper’s de los Beatles y el álbum Madrugadas de tangos, hecho por el Tata Cedrón…”. En cambio, Rodolfo Mederos no tiene esa vinculación afectiva con Cristina: “A él le admiro como artista, desde luego. Es uno de los tres mejores bandoneonístas de la Argentina, junto a Néstor Marconi y a Leopoldo Federico. No comparto, aunque respete, su idea de que el tango ha muerto. Él no está de acuerdo con las mutaciones que traen los nuevos tiempos a los géneros. Para mí, mientras exista el Río de la Plata, habrá tango. Es el río más ancho del mundo. Mientras existan a su vera, dos países tan similares como Argentina y Uruguay en su sensibilidad, dos ciudades como Buenos Aires y Montevideo a las que el río reúne como fuente inagotable de poéticas y estéticas, pervivirá el tango, ya patrimonio universal de la Humanidad. Goza de muy buena salud, aunque lo crucen con música electrónica o experimenten con él”. Hablando de experimentos, ¿existirá continuidad tras Barcelona para Del Amor?: “Seguro, grabaremos un DVD y se realizará para televisión, por lo que quedará inmortalizado. Si eso quiere significar el inicio de una gira, veremos. Dependerá de diversos factores: Los compromisos y agendas de cada cual, la salud de Juan, las ganas… Claro que sería bellísimo llevarlo a Buenos Aires, por ejemplo, o vernos en otros lugares de la Argentina o del mundo donde apreciarían esos versos y esa música. Verlo en Buenos Aires sería verlo en su hábitat natural. Cada vez que Juan viene a la Argentina significa un espectáculo cultural extraordinario”. Y ahí explotan ya las emociones de Cristina Banegas en puro sentimiento y afecto: “La poesía de Juan Gelman ha sido una bandera toda mi vida. He recitado sus poemas a la entrada de la ESMA en plena dictadura, con marinos apuntándome con sus armas tras la verja, a escasa distancia. Los he leído en la Plaza de Mayo, junto a las Madres y a las Abuelas. He hecho espectáculos de sus obras, como Salarios del impío o País que fue será. Cuando voy a México D. F., soy huésped de Mara Lamadrid, su esposa, una mujer extraordinaria. Es un honor humano conocerle, conocer su profunda sencillez, su profunda inteligencia, su profundo humor… Estuve en el Sindicato de la Prensa velando los restos de su hijo Ariel cuando por fin fue localizado después de largos, largos años desaparecido durante la dictadura….”. Y llegado este punto, no hace falta decir más. Silencio. Se hace una pausa cómplice entre Cristina y entrevistador. Pausa de respeto, de no ir ya más allá. Volvamos a centrarnos en la actividad de la dama, hiperactiva como siempre en el 2010. Premiada con Medea en teatro, premiada con la serie televisiva Trátame bien en la que encarna a una psicoanalista, junto a Cecilia Roth, incansable en su El excéntrico de la 18 donde forma talentos: “Trabajo mucho y me gusta mucho trabajar, aunque cada vez sienta más pánico escénico. Toda mi carrera fue de riesgo, de vivirla al borde del precipicio, de huir hacia delante con mucho teatro alternativo. Me la juego cada vez más y más”. ¿También cuando se mete en la piel del director de escena?. “Ahí, el día de estreno no sé donde ponerme, me quedo descolocada y me pierdo. No abandono a mis compañeros, desde luego y por supuesto, pero resulta muy distinto a vivirlo como actor. En el caso de Del Amor, le espero un buen destino. En cuanto arranque, tendrá su vida propia. A partir de que vea a Juan y a Rodolfo en el escenario, ya fluirá todo perfecto, seguro”. Y seguro que será inolvidable goce para el alma de los afortunados presentes en L’Auditori.