El Festival de las Buenas Historias de Casa Amèrica Catalunya ha arrancado con un vibrante e intenso concierto del músico y activista social colombiano César López, que ha presentado su proyecto “Toda bala es perdida”. Artífice de la escopetarra (antiguos fusiles de guerra convertidos en guitarras), López ha explicado como desde hace 18 años impulsa todo tipo de iniciativas por la paz y la convivencia en su país. “En situación de crisis, el arte es pertinente”, ha señalado. Antes, la experta en Derechos Humanos, la ecuatoriana Nelsa Curbelo, ha inaugurado el Festival y ha recordado: “Las buenas historias son grandes historias que nunca acaban mal”.
El compromiso indestructible de César López y su Escopetarra levanta el telón del Festival de las Buenas Historias
César López ha explicado que se involucró en el activismo por la paz en 1984 a raíz de la muerte de su padre. Desde entonces, este músico ha llevado a cabo iniciativas como “Los Invisibles Invencibles”, “La Resistencia” o el “Batallón Artístico de Reacción Inmediata” con el que, junto a otros músicos, se plantaba en los lugares donde se había producido un atentado o un acto de violencia.
López también ha explicado que la idea de la escopetarra nació aen 2003 cuando en una de estas acciones un soldado le impidió el paso y con su fusil AK-47 rompió su guitarra. En aquel momento pensó en la posibilidad de convertir estas armas en guitarras, en instrumentos de arte y paz.
Así, la escopetarra utilizada por López en su conferencia-concierto en Casa Amèrica Catalunya es una de las 17 que hay, y fue regalada al cantante Manu Chao quien la ha cedido para la ocasión. Hay otras escopetarras en la UNESCO en París o en el Museo Gandhi de la India y también tienen o han tenido este instrumento Fito Páez o Juanes, entre otros.
La que ha sonado en el auditorio de Casa Amèrica Catalunya proviene de un Kalashníkov de un desmovilizado de la guerra de Colombia en 2006. El arma formaba parte de una partida de 10.000 fusiles que Vladimiro Montesinos, el hombre de confianza del expresidente del Perú Alberto Fujimori, envió –un avión las dejó caer en la selva- a la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). Estos, sin embargo, desconfiaron y pensaron que llevaban un chip escondido para controlar sus movimientos, por lo que se las manejaron para que acabaran en manos de los paramilitares.
César López (guitarras y voz), acompañado por Apel·les Carod Requesens (violín), Germán Barrera (contrabajo) y Roger Serrahima (percusión y armónica) ha interpretado temas como “Toda bala es perdida”, “Víctimas”, Helicópteros”, “Nadie se vende”, “Firmas” o “Pesadilla”. Con un estilo folk-rock y maneras de storyteller, López y su grupo han abordado el conflicto en Colombia en toda su extensión. De la guerra a historias de supervivencia cotidianas en les comunas de las grandes ciudades de su país, de la lucha por la dignidad al drama de la violencia machista.
“Intento hacer un ejercicio de esperanza en Colombia. Construir un imaginario nuevo, apostar por la vida”, ha subrayado César López.
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