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08/09/2022 / Barcelona

El plebiscito contitucional en Chile: La difícil digestión de una derrota histórica

Apenas tres días después del contundente rechazo en las urnas a la propuesta de nueva Constitución en Chile, dos de los miembros de la convención que redactó la frustrada Carta Magna han comparecido en la sesión de análisis de los resultados del plebiscito organizada por el Centro Salvador Allende y el Comité Ciudadano para el Homenaje a Salvador Allende de Barcelona. Los convencionales Jorge Baradit Morales y Adriana Ampuero han apuntado a una multiplicidad de factores que explicarían “la derrota más grande en la historia de los movimientos progresistas en Chile”. La socióloga Betzabeth Marín-Nanco y el moderador Txema Castiella les han acompañado desde nuestro auditorio en Barcelona.

Ver vídeo integro de la sesión Proceso Constituyente de Chile: análisis y resultado.

Visiblemente afectados por el resultado del plebisicito del domingo sobre la nueva Constitución que ayudaron a elaborar (62% de rechazo por un 38% partidario), Baradit y Ampuero coinciden en señalar al desconocmiento generalizado sobre el contenido del texto y a la “campaña de terror y desinformación” lanzada por sus detractores como principales elementos desencadenantes de un desastre que ya ha obligado al presidente del país, Gabriel Boric, a efectuar una profunda remodelación en su gobierno.

“El país desconocía de qué va la Constitución, lo que se convirtió en terreno fértil para las intoxicaciones. El volumen de cambios que incluía era muy complejo para un país como Chile, que es muy conservador y donde la gente votó en base al individualismo, en lo que la Constitución me desfavorecía”, ha señalado Baradit.

“Explicar más de 300 artículos en apenas dos meses era una ilusión, una batalla de David contra Goliat ante la dimensión de la campaña pro rechazo. Convocar un plebiscito en un plazo tan breve de tiempo fue condenarlo al fracaso”, le ha secundado Ampuero.

Fake-news y campaña del terror
“Mucha gente votó sin saber lo que se estaba votando, el grueso de la población no lo comprendió. Lo lamento mucho. Faltó un esfuerzo de comunicación institucional frente a la campaña grotesca y brutal favorable al rechazo. Mintieron sin pudor, que iban a quitar la vivienda, las pensiones, que no se podría comer carne… Las fake-news son dinamita para cualquier proceso democrático”, ha añadido Adriana Ampuero. Al respecto Baradit ha apuntado “el abandono del proceso constituyente por el anterior gobierno de Santiago Piñera. Nunca ha culminado un proceso así con el presidente del país en contra”.

Betzabeth Marín-Nanco, por su parte, ha subrayado la importancia del nivel educativo en el análisis de los resultados y cómo la inclusión en el texto constitucional de cuestiones como la migración o los mapuches fue vista como “problemas descontrolados”. La socióloga ha destacado que el rechazo ha logrado más apoyos en las zonas rurales y en las comunas más empobrecidas de las ciudades.

Tras admitir errores de calado en el diseño del proceso –“El plebiscito es una herramienta horrible porque entrega el poder a los grupos con más dinero para propaganda”- Jorge Baradit ha arremetido contra la campaña de comunicación de los detractores de la nueva Constitución. “Nunca antes hubo una campaña del terror como ésta. Fue asquerosa y va a ser motivo de estudio en todo el mundo”, ha afirmado no sin lamentar la mentira que señalaba que con el rechazo se iba a abrir un nuevo proceso constituyente.

¿Y ahora qué?
Sobre el futuro inmediato, Adriana Ampuero ha dejado una puerta abierta a una última posibilidad de un nuevo proceso constituyente que no debería excluir a ningún sector de la población chilena, la cual ha dejado claro que necesita una nueva Constitución.

Menos optimista se ha mostrado su compañero Baradit Morales quien no cree en un nuevo proceso de este tipo porque “la derecha, que sigue añorando el día anterior al plebiscito de 1988 que desalojó del poder a Pinochet, ya tomó su posición”.

“La clase conservadora chilena ha retomado el poder tan solo tres años después del estallido social”, ha dicho para concluir a continuación: “Los cambios llegarán, pero no los que soñaron en la Convención sino los que la élite chilena permita”.