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10/03/2011 / Barcelona

El primer acto del centenario de Casa Amèrica de Catalunya reivindica su espíritu americanista fundacional

Casa Amèrica Catalunya ha celebrado este 10 de marzo el primero de los actos conmemorativos de su centenario, la charla “Barcelona, 1911”, con la participación del historiador Jaume Sobrequés; el periodista y escritor Hèctor Oliva; el abogado y ex presidente del Instituto Catalán de Cooperación Iberoamericana (ICCI), Ramon Mulleras; la doctora en Historia de la Universidad de Barcelona, Gabriela Dalla Corte, y el socio patrón Dante Torres en videoconferencia. El acto, presentado por el director general de Casa Amèrica Catalunya, Antoni Traveria, ha recorrido la historia de esta institución y ha reivindicado su espíritu americanista fundacional. 

Fue un 10 de marzo cuando la entonces Casa de América de Barcelona era presentada en sociedad. 100 años después, el director general de Casa Amèrica Catalunya explicaba el “gran honor que representa” celebrar el centenario “como herederos del proyecto inicial”. Antoni Traveria ha manifestado su “agradecimiento más sincero” a las instituciones que hacen posible esta casa: la Generalitat de Catalunya, el Ayuntamiento de Barcelona y la Agencia Española de Cooperación Internacional al Desarrollo (AECID), con la ayuda del Instituto Catalán de Cooperación Iberoamericana (ICCI).   En el acto, Jaume Sobrequés ha explicado el contexto social, político y económico en el cual se fundó la institución, recordando los acontecimientos más destacados de la época: desde la huella que dejó el Modernismo a la llegada del Noucentisme; de la explosión demográfica en Barcelona al nacimiento de la Confederación Nacional de Trabajadores; de la creación del Orfeó Català, el I Congreso Universitario Catalán o bien el Institut d’Estudis Catalans (Instituto de Estudios Catalanes). Para Sobrequés, Casa Amèrica Catalunya nació “en un clima de contrastes penetrantes, en una sociedad capaz de las creaciones más excelsas” pero también de “las acciones más detestables”. “Perdonad, pero alguien lo tenía que decir”, ha concluido.   Gabriela Dalla Corte, autora del libro “Casa de América de Barcelona 1911-1947”, ha afirmado que Casa Amèrica Catalunya ha sido “una de las instituciones más importantes en España” en la “competencia con los Estados Unidos”, una competencia que ya la simbolizaba la ilustración del diploma que repartía la Casa de América de Barcelona a sus delegados en América: una señora sentada ante un mapa y que con su brazo “tapaba los Estados Unidos”. El 1911, Casa de América de Barcelona nació para “contrarrestar” la creación de la Unión Panamericana de Washington y su influencia sobre las antiguas colonias españolas. Y a lo largo de su historia, Casa Amèrica Catalunya ha permitido “a muchos latinoamericanos venir aquí a relacionarse” y compartir su cultura, ha destacado Dalla Corte.   Ramon Mulleras, que presidió el Instituto Catalán de Cooperación Iberoamericana (ICCI),ha explicado que Casa Amèrica Catalunya ha trabajado desde su fundación por la difusión cultural, por las relaciones económicas, por los vínculos con los jóvenes estudiantes, y por las relaciones con los catalanes de América. Y que todas las actividades han preservado y fomentado “el espíritu americanista fundacional”, lejos del antiguo proyecto hispanista, ha añadido.   Dante Torres, socio patrón y secretario de la Fundación Casa Amèrica Catalunya, que se encontraba en su Perú natal, ha estado presente en el acto a través de un mensaje de vídeo. Torres ha enfatizado que Casa Amèrica Catalunya gestiona cada año la estancia de 250 becarios latinoamericanos en Catalunya. También para él, esta institución siempre ha sido “la casa de los estudiantes”. “Yo mismo llegué a Barcelona como becario y ahora soy abuelo”, ha dicho, subrayando la ayuda de Casa Amèrica Catalunya a la integración de los latinoamericanos en la sociedad catalana.   Héctor Oliva, autor del libro “Veinte historias de la Barcelona americana... y una pregunta descarada” (Ed. Base, 2008), ha cerrado el acto dibujando un recorrido urbano por las huellas latinoamericanas en la ciudad condal. “Los puentes han sido constantes a lo largo de 500 años y sobre todo en los últimos 200 años, desde la vertiente económica, cultural y social”, ha subrayado, “y esto se ve paseando por Barcelona”. Oliva ha acompañado a los asistentes a un paseo plagado de historia y anécdotas, por la Pedrera, el Palau (Palacio) Moja, el Palau de la Virreina, el Palau Güell, las Chimeneas del Paralelo, la Estatua de Colón y el Port Vell (Puerto Viejo), que ha sido “el cordón umbilical entre Catalunya y América”.