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09/06/2006 / Barcelona

El progreso del “modelo Barcelona” para la constitución en asociaciones de los grupos juveniles latinoamericanos alienta la esperanza de los sectores implicados en la integración de estos colectivos

El denominado “modelo Barcelona” – la iniciativa de diversos agentes institucionales y académicos y de los propios integrantes de los colectivos “Latin Kings” y “Ñetas” para convertir a estos grupos en asociaciones juveniles- va salvando todos los obstáculos y ya se han convertido en un referente para otras ciudades en circunstancias similares, como Génova. De culminar con éxito todo este “frágil y largo” proceso, se habrá conseguido un paso fundamental para “integrarnos en la sociedad”, tal y como ha manifestado una portavoz de los Latin Kings en la finalización de la mesa redonda “El modelo de Barcelona, el debate de la integración” y en la que han intervenido Joseph Maria Lahosa, Luca Queirolo, Òscar Pascual y Jordi Camps.

El denominado “modelo Barcelona” – la iniciativa de diversos agentes institucionales y académicos y de los propios integrantes de los colectivos “Latin Kings” y “Ñetas” para convertir a estos grupos en asociaciones juveniles- va salvando todos los obstáculos y ya se han convertido en un referente para otras ciudades en circunstancias similares, como Génova. De culminar con éxito todo este “frágil y largo” proceso, se habrá conseguido un paso fundamental para “integrarnos en la sociedad”, tal y como ha manifestado una portavoz de los Latin Kings en la finalización de la mesa redonda “El modelo de Barcelona, el debate de la integración” y en la que han intervenido Joseph Maria Lahosa, Luca Queirolo, Òscar Pascual y Jordi Camps.
 
Josep Maria Lahosa, director de los servicios de prevención del Ayuntamiento de Barcelona, ha reconocido que el fenómeno de los grupos juveniles latinoamericanos “Latin Kinas” y “Ñetas” estalló en octubre de 2003 con el asesinato en Barcelona del joven Ronny Tapias, lo que desencadenó el interés de las instituciones “por saber qué pasaba y desarrollar una actuación ajustada”.
 
Una iniciativa que ha cuajado en el “modelo Barcelona”, regido por la “exigencia de responsabilidad y compromiso mutuo” y la “obligación de explicitar claramente los límites”. Al respecto, Lahosa ha señalado que se trata de “un proceso largo, frágil y no sabemos qué pasará ya que un individuo concreto puede dinamitarlo”. El ponente ha afirmado que los “Latin Kings” han presentado sus estatutos ante la Dirección General de Juventud de la Generalitat, organismo que debe validar la inclusión del colectivo en el registro de asociaciones.
 
Al respecto de todo ello, Lahosa ha precisado que “el proceso lo inició el propio grupo cuando pidió equipamientos al darse cuenta que no podían seguir utilizando los espacios públicos de Barcelona tal y como es habitual en muchas ciudades latinoamericanas”. Lahosa también se ha congratulado por el paso dado por estos jóvenes ya que “no era normal que sólo tuvieran relación con el Servicio de Prevención del Ayuntamiento”.
 
El sociólogo de la Universidad de Génova, Luca Queirolo, ha afirmado que “la experiencia de Barcelona ha sido un faro que ha iluminado otra perspectiva en Génova”, donde “durante dos años, la represión policial no solucionó el problema”. Queirolo ha anunciado una inminente reunión entre responsables institucionales y de los Latin Kings y los Ñetas establecidos en esta ciudad italiana –donde residen 30.000 ecuatorianos y 5.000 peruanos- para implantar el “modelo Barcelona”.
 
Jordi Camps, psicólogo de Justicia Juvenil de la Generalitat de Catalunya, ha subrayado que la asociación joven latinoamericano igual a delincuente es “gratuita” puesto que “tan sólo el 6% de las 7.000 intervenciones de Justicia Juvenil con jóvenes de entre 14 y 18 años autores consumados o presuntos de un delito se corresponden a latinoamericanos”. El 24% de esas actuaciones son con extranjeros por lo que, dentro de este universo, los jóvenes latinoamericanos delincuentes o acusados de cometer un delito son tan sólo una cuarta parte del total. Camps ha apuntado, sin embargo, que los “reincidentes” de origen latinoamericano son más jóvenes, lo que supone un factor de riesgo para su reinserción exitosa.
 
Finalmente, Òscar Pascual, de la Diputación de Barcelona, ha remarcado la rapidez con la que los jóvenes de origen latinoamericano se han erigido en casi el 10%  de la población de la provincia de Barcelona y ha advertido que “el riesgo de pérdida de cohesión social existe”. “Lo que está de fondo es la igualdad de oportunidades”, ha añadido. En suma, ese deseo de “integrarnos en la sociedad” expresado por una joven latinoamericana al finalizar el debate.