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08/07/2011 / Conservatori del Liceu, Barcelona

El trío argentino Aca Seca trae a Barcelona la riqueza de la música de su tierra

Tras doce años recorriendo los escenarios argentinos con su música, que mezcla folklore con jazz, música clásica e incluso los ritmos africanos, Aca Seca Trío ha actuado este viernes 8 de julio en el Conservatori del Liceu de Barcelona, en el marco de los actos conmemorativos del centenario de la Casa América de Catalunya. Un auditorio al completo se ha entregado al trio argentino.

Los tres miembros del grupo habían actuado en España anteriormente pero por separado y estaban ansiosos por cruzar el Atlántico juntos e interpretar las canciones del Aca Seca Trío para el público español y para sus compatriotas residentes en este país. "Cada vez que uno de nosotros volvía de España, nos decíamos: '¿Che, cuando iremos como trío?' y, por eso, ahora la experiencia es tan intensa. Hemos encontrado una calidez y un respeto por la música que nos alegra y sorprende mucho. Es como volver a los comienzos", ha dicho en una entrevista a EFE el percusionista Mariano Cantero. La banda nació en 1999, directamente en el escenario: hicieron una actuación improvisada para el acto de graduación de la Universidad Nacional de La Plata (Argentina), donde los tres cursaban Bellas Artes. El resultado fue muy satisfactorio y ahí emprendió la andadura del trío de Aca Seca. Desde entonces, han editado tres discos -Aca Seca (2003), Avenido (2006) y Ventanas (2009)- donde todos sus temas giran en torno a las músicas tradicionales de la tierra argentina y, en general, latinoamericana. "En la vida cotidiana no somos tipos folclóricos ni mucho menos, pero amamos la riqueza de la música argentina y latinoamericana y nos emociona y divierte tocar esta música. Nuestro motor es la alegría de tocar esta música", señala el guitarrista Juan Quintero. No obstante, la esencia tradicional de estas música se fusiona con la formación de los tres artistas y, como en un río donde desembocan varios afluentes, en sus canciones se pueden apreciar las influencias del jazz, el pop, la música clásica y los ritmos africanos. "La música que uno toca es el resultado de los grupos que uno conoce, de los discos que escuchó y de cómo se relacionó con ellos. En nuestro caso, cada uno viene de diferentes experiencias musicales que se vuelcan en nuestras canciones", explica el pianista Andrés Beeuwsaert, que tuvo sus inicios artísticos en el mundo del jazz. Pese a que los tres han recibido una formación musical clásica, su trabajo se aleja de las normas y las rigideces y se deja llevar en todo momento por la espontaneidad y el instinto, como lo demuestra el hecho que no escriban las canciones en ninguna partitura. "Partituras hay pocas en los doce años de historia del trío. Es un trabajo de juntarse a ensayar y a probar cosas tocándolas. Esta es la dinámica del grupo, pocas veces empezamos con una idea definida", señala Beeuwsaert. Anoche, el público barcelonés pudo disfrutar durante más de hora y media de las delicadas y rítmicas melodías y de las sentimentales letras de canciones como "Paloma", "Chiquita", "Pasarero", "Clavelito blanco" o "La música y la palabra", algunas de ellas interpretadas a capella. Un estilo que encanta a los tres miembros del grupo por ser canciones "desgarradas" y "crudas" que permiten un "contacto directo" con su público. "Para nosotros y para ellos es un regalo", concluye Cantero.