Casa Amèrica Catalunya ha acogido la presentación del libro Materias dispuestas: Juan Villoro ante la crítica, una compilación de reflexiones que la obra del autor mexicano ha generado en escritores y críticos literarios, coeditado por la editorial Candaya y Casa Amèrica Catalunya. Un público numeroso ha podido disfrutar de la dialéctica y las reflexiones de Villoro, acompañado por el editor Jorge Herralde y el escritor Jordi Carrión.
Elogio unánime del universo literario del autor mexicano Juan Villoro
El acto ha inciado con la bienvenida de Marta Nin, adjunta a la dirección de Casa Amèrica Catalunya, que ha agradecido la confluencia de “complicidades” que han permitido la celebración de este acto, y ha dado paso a la proyección de una parte del documental que acompaña el libro, Villoro en Villoro (31'), de Juan Carlos Colín. Posteriormente Olga Martínez Dasi, de la editorial Candaya, ha explicado las dificultades y al mismo tiempo satisfacciones que generó la elaboración de esta obra.
Jorge Herralde ha hablado de las diversas “heroicidades” alrededor de esta colección de ensayos de la cual forma parte Materias dispuestas..., sea porque incluye algunos escritores latinoamericanos desconocidos o bien porque en una obra colectiva “puede haber muchos contratiempos”. Herralde estableció contacto con Villoro el 1987, cuando le encargó una traducción del alemán para Anagrama.
Posteriormente, cómo ha coincidido Villoro en el auditorio, establecieron una intensa relación de amistad y fue años más tarde que empezó a publicar su obra como novelista, ensayista, cronista, cuentista, autor de literatura infantil y juvenil y de teatro.
Jordi Carrión ha manifestado su perplejidad alrededor del hecho que, para él, existió “un México sin Juan Villoro”, el México de antes de que se conocieran en Mataró en el 2002. El escritor catalán ha leído ante el auditorio de Casa Amèrica Catalunya alguna correspondencia que mantuvo hace años con Juan Villoro, y la ha analizado como sí de un taller de escritura se tratara.
El autor mexicano empieza con “la anécdota”, después busca la “reflexión” y finalmente lo eleva a “filosofía”, dice Carrión, quién añade que Villoro “no se puede enmarcar en la literatura mexicana” porque es un autor que hace de “puente” con otras lenguas, otras culturas y mundos, y que probablemente “es el único latinoamericano” que hace esto. “Hay muchos escritores que hacen de vector, pero ninguno hace de puente como Villoro”, ha asegurado. “He is a person in between, como dicen en el mundo anglosajón”, ha concluído.
Juan Villoro ha empezado su parlamento agradeciendo la edición de este volumen, que es un “harakiri editorial”, ha dicho irónicametne. Para el autor mexicano, hay dos actitudes que un escritor puede tener cuando hablan de él: “Opinar o abstenerse, y yo he optado por la segunda”.
Villoro ha reconocido que todavía no ha leído todo el libro e incluso que “me hace cierto miedo leer todas estas opiniones sobre mi obra”. El autor de Dios es redondo estaba feliz de compartir mesa con Herralde, de quien ha dicho que “tuve mucha suerte de conocer” en los 80, y de empezar a compartir varias pasiones entre las cuales el fútbol. “Nos ligó una gran amistad, antes de que yo entrara a formar parte de su catálogo de autores”, ha dicho, igual que con Jordi Carrión, una amistad que los liga como si “estuviera siempre inscrito a su taller de escritura”.
Algunos autores que opinan en este libro sobre Villoro ya no están, como Roberto Bolaño o Alejandro Rossi, grandes amigos del autor mexicano. A todos los que han opinado sobre su obra, desde el punto de vista crítico pero siempre en una clara comunicación con el autor, Villoro les ha dado las gracias.