La entusiasta y fiel relación entre Barcelona y los literatos colombianos es uno de esos hechos intangibles pero reales a los que no cabe buscar explicaciones racionales sino disfrutarlos. Desde hace ya más de 40 años, la capital catalana se ha convertido en polo de atracción para poetas y escritores del país andino, quienes encuentran en esta ciudad mediterránea un escenario propicio para desarrollar su obra. Casa Amèrica Catalunya ha convocado a algunos de los más destacados representantes de la narrativa y la poesía colombianas afincados en la actualidad en Barcelona para que expliquen su visión de este magnetismo. En la primera sesión de este Encuentro de Escritores Colombianos en Catalunya han intervenido, ante un público cómplice y numeroso, Ricardo Cano Gaviria, Ángela Becerra, Juan Gabriel Vásquez y Luís Noriega, en un coloquio moderado por José Antonio de Ory (todos ellos en la imagen). Hoy miércoles será el turno de los poetas.
Escritores colombianos explicitan en Casa Amèrica Catalunya su vinculación especial con Barcelona
La sesión, presentada por Cristina Osorno, responsable de Literatura de Casa Amèrica Catalunya, ha contado con una intervención inicial del escritor y editor Ricardo Cano Gaviria, “decano” de la actual colonia de narradores colombianos residentes en Catalunya. Cano Gaviria, que llegó a Barcelona en 1968, ha perfilado la historia de la capital catalana como destino de muchos literatos colombianos. Un recorrido que se inicia en 1915 con la llegada de José María Vargas Vila. El renombrado autor de “Los césares de la decadencia” celebraba ver el mar desde su domicilio de la Rambla de Catalunya, según Cano Gaviria. Y si bien Vargas Vila fue el gran precursor de esta relación, no cabe duda de que la presencia en Barcelona de Gabriel García Márquez a partir de 1967 –dos años después de la publicación de su obra cumbre “Cien años de soledad” – marcará el devenir del vínculo entre la ciudad y los literatos colombianos. Eran los tiempos del denominado ‘boom’ de la literatura latinoamericana. Un fenómeno con capital editorial en Barcelona, donde además de García Márquez residían otros autores tan sobresalientes como el peruano Mario Vargas Llosa o el argentino Julio Cortázar. De hecho, Juan Gabriel Vásquez, una de las realidades más firmes de la narrativa colombiana, ha apuntado que, ya hace 10 años, vino a Barcelona “atraído por el pasado de otros escritores colombianos y latinoamericanos”. Motivos parecidos ha esgrimido Luis Noriega, quien tambien se trasladó en fechas parecidas, y que a los ecos del “boom” ha añadido el idioma y la asequibilidad de la ciudad. Pero la pauta no es común, y Ángela Becerra ha explicado que llegó a Barcelona como publicista y que ya en la ciudad, donde reside hace más de 20 años, encontró el amor. Ricardo Cano Gaviria ha señalado que desde la eclosión del “boom” a finales de los 60 se han establecido en Barcelona tres sucesivas oleadas de escritores colombianos con nombres, además de los ya citados, como Óscar Collazos, Hugo Ruiz, Héctor Sánchez, Manuel Giraldo, Evelio Rosero, Orlando Mejía o Álvaro Robledo, entre otros. Y a los que cabe añadir los de Anabel Torres, Arturo Bolaños, Pablo Roa, Antonio María Flórez y Zamir Bechara, que intervienen hoy en la segunda sesión del Encuentro, dedicada a los poetas.