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17/01/2012 / Barcelona

Esther Morales Aima: la hermana del presidente de Bolivia, una portavoz para los emigrantes

Reproducción de la entrevista de la Agencia EFE con Esther Morales Aima, Primera Dama de Bolivia y hermana del presidente del país, con motivo de su presencia en Casa Amèrica Catalunya, donde participa en la inauguración de la exposición Penélopes y en un debate sobre la mujer y las migraciones. (En la imagen, Esther Morales y la cónsul de Bolivia en Santo Domingo, María Teresa Lavayen).

Esther Morales, hermana del presidente de Bolivia, Evo Morales, se define como "una portavoz" de las inquietudes de quienes emigraron de su país, tras reunirse en Barcelona con miembros de la importante comunidad boliviana residente en la capital catalana.

"Me encontré con los hermanos bolivianos, bolivianas. Haremos otras reuniones, atendiendo a sus peticiones", ha manifestado la hermana del presidente boliviano en una entrevista con Efe, en la que también ha subrayado los cambios en Bolivia para avanzar hacia la igualdad entre hombres y mujeres.

"Ahora sí las mujeres tenemos derecho de opinar, de reclamar", ha indicado Morales, para quien los programas sociales impulsados por el Gobierno de su hermano han permitido estos cambios, aunque, dice, "hay que aumentar los logros", y queda aún camino que recorrer en este proceso.

Esther Morales Aima viajó a la capital catalana para participar esta semana en una mesa redonda sobre las migraciones, organizada por la Fundación Casa Amèrica Catalunya, un encuentro del que dice que ofrecerá la posibilidad de intercambiar ideas sobre las situaciones complejas que viven quienes parten en busca de trabajo o una vida mejor.

Emigrar es "un sacrificio", considera la hermana del presidente de Bolivia, y recuerda que ella también, nacida en Orinoca, fue emigrante dentro de su propio país. "Yo salí de mi comunidad con unos 15 años para ir a trabajar, con honestidad, sencillez", ha destacado, antes de afirmar lo difícil que es para una mujer, cuando tiene hijos, dejarlos para ir "a buscar cómo sobrevivir".

En Bolivia, son las mujeres las que emigran, más que los hombres, en busca de trabajo en el exterior, que les permita mandar dinero a casa, y sus hijos se suelen quedar con los padres o con otros familiares. "Esto trae la destrucción de la familia. Los hombres son más débiles" a la hora de administrar el hogar y su vida, y "los hijos son las víctimas" de esta situación, afirma Morales, quien subraya que "la educación depende de la mujer".

"Mi hermano siempre ha valorado a las mujeres, empezando por mi madre", dice la hermana mayor de Evo Morales, según la cual, en el escenario político, hay ahora en su país igualdad de géneros, con mujeres en puestos de responsabilidad, ministras, alcaldesas o diputadas. "Todos estamos incluidos en la nueva constitución política del Estado", subraya.
"Hay bastante cambio en la participación de la mujer. Hay educación, y salud, más que todo salud. Sin educación uno no hace nada", comenta Esther Morales.

Dice que su vida no ha cambiado tras la llegada de su hermano a la Presidencia de Bolivia. Sigue viviendo alejada de la capital boliviana, en la ciudad de Oruro, donde tiene una tienda. Sólo en algunas ocasiones viaja para participar en foros en los que representa a su país, aunque de forma voluntaria, "para ayudar" cuando se la necesita, comenta. "Estoy como estaba", asegura.

No le gusta que la llamen o la presenten como "primera dama" de Bolivia, siendo soltero su hermano. "La primera dama es la esposa. Yo soy la hermana", dice esta mujer que se define como "una persona corriente" y se declara sorprendida al ver indigentes en la calle en esta visita, su primera visita, a España. "Había pensado que en lugares desarrollados como Europa no había indigentes en la calle", comenta.

Durante su estancia, antes de regresar a Bolivia el próximo jueves, la hermana del presidente Morales tiene previsto mantener más encuentros con miembros de la comunidad boliviana, que alcanza las 90.000 personas en Catalunya, de un total de 120.000 en España. Entre esta comunidad hay gente mayor, pero también jóvenes que, espera Morales, "van a volver algún día a su tierra" y aportar su experiencia para seguir en el proceso de cambios.