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12/11/2009 / Barcelona

Expertos en política centroamericana advierten de que en Honduras se está jugando la credibilidad de Latinoamérica

Dirk Kruijt, profesor de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Utrecht (Holanda) y durante muchos años diplomático y asesor para el desarrollo en Centroamérica, y Rafael Grasa, profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) y presidente del Instituto Catalán Internacional para la Paz, han abordado en Casa Amèrica Catalunya la compleja situación política y social existente en Honduras. El golpe de estado del pasado mes de junio ha aislado internacionalmente al país, cuyo gobierno ‘de facto’ se niega reiteradamente a reinstaurar el orden constitucional y resolver la difícil situación del presidente Manuel Zelaya, asilado en la embajada del Brasil en Tegucigalpa sitiada por las fuerzas de seguridad hondureñas. La mediación internacional, liderada por la Organización de Estados Americanos (OEA) para un acuerdo entre las partes ha fracasado con estrépito, de momento. “En Honduras se está jugando la credibilidad del sistema latinoamericano”, ha advertido Rafael Grasa.

Grasa y Kruijt –autor de “Guerrillas”, un pormenorizado estudio sobre los movimientos armados en Centroamérica– han destacado el “cambiado” papel de los militares en el conflicto de Honduras. “Son los autores de un sofisticado golpe de estado oligárquico ya que el presidente del gobierno de ‘facto’ Roberto Micheletti y Manuel Zelaya pertenecen al mismo partido”, han señalado. También han calificado a Zelaya de “eslabón débil de la América bolivariana”,en alusión a su proximidad “por conveniencia” al presidente venezolano, Hugo Chávez y su pertinente alejamiento de la oligarquía hondureña. “Hasta 1990, el golpe de estado fue la forma clásica de acabar con un gobierno que no gustaba al poder. Desde el 2000 el poder militar ha ido disminuyendo y en la inestabilidad reciente de algunos gobiernos, como Argentina en 2001 o Venezuela en 2002 no han intervenido las fuerzas armadas sino el pueblo, a través de movimientos sociales aislados de los partidos políticos”, ha subrayado Kruijt. En este sentido, Grasa ha manifestado que se están multiplicando los conflictos pol´ñiticos “no convencionales”.Ante los fracasados intentos de la comunidad internacional de revertir la situación creada en Honduras, Grasa ha vaticinado. que las “situaciones que se enquistan se acaban legitimando de facto”. Se ha referido de esta manera al resultado de las elecciones en el país del próximo 29 de noviembre a pesar de las carencias que en materia de legalidad se va a desarrollar una consulta que ya ha sido bendecida por los Estados Unidos. “En esas elecciones no van a haber observadores internacionales”, ha advertido el presidente del Instituto Catalán para la Paz.  Grasa y Kruijt también han lamentado la incapacidad de la OEA, el “enorme silencio” de Cuba y la pasividad de países vecinos como México, Nicaragua o El Salvador ante la crisis hondureña.