En el marco del debate ¿Quo Vadis Venezuela?, organizado por Casa Amèrica Catalunya y el Barcelona Centre for International Affairs (CIDOB) con la colaboración del Instituto Catalán Internacional para la Paz (ICIP), tres expertos analizaron el incierto presente y futuro del país latinoamericano además de entregar sus visiones respecto a posibles alternativas para una transición pacífica y democrática.
Expertos de la mesa sobre Venezuela apuestan por el diálogo como solución a la crisis política del país
El venezolano José Manuel Puente, profesor titular del Centro de Políticas Públicas del Instituto de Estudios Superiores de Administración (IESA), abrió la conversación con una aproximación a la situación económica de Venezuela repasando desde el colapso económico del país hasta una eventual reconstrucción. Tras ofrecer algunas cifras, como la pérdida del 50% del PIB en los últimos cinco años y una inflación superior al 9.500%, el académico recalcó que “las historias no son lineales y los desastres pueden reivindicarse, tal como lo hizo la economía peruana tras la época marcada por el grupo terrorista Sendero Luminoso”. Según Puente, este desequilibrio económico explica los altos flujos migratorios en Venezuela, que en los últimos 20 años alcanza a casi seis millones de personas.
Como vías a una posible solución, José Manuel Puente propone tres reformas: En primera instancia, un programa social de emergencias, seguido por un programa de estabilización económica que lleve finalmente a la implementación de cambios estructurales y reformas institucionales. El experto recalcó que “primero se debe generar un cambio político para lograr una transición en lo económico y social”.
Las intervenciones continuaron de la mano de Anna Ayuso, investigadora senior del CIDOB, quien realizó una exhaustiva síntesis del proceso de crisis en Venezuela desde los inicios de la revolución bolivariana con Hugo Chávez. Señaló que el proceso de revolución fue acompañado de cambios institucionales que llevaron a una concentración del poder y de la economía, lo que generó una polarización manifestada en enfrentamientos entre oficialismo y oposición quienes siguen cerrando espacios a la negociación. A modo de cierre, la investigadora se refirió a las diversas instituciones que tanto a nivel regional como internacional han intentado generar diálogos y consensos de manera fallida, recalcando que “la Unión Europea busca una posición intermedia en el conflicto sin tener una estrategia clara pese a buscar instancias de negociación entre las partes”.
Finalmente, la directora de la Red Noruega de Investigación sobre Latinoamérica, Benedicte Bull, se refirió a las posibles vías de diálogo en el conflicto. “No soy muy optimista, sobre todo a corto plazo ya que 2020 será un año complicado debido a las elecciones de la Asamblea Nacional en Venezuela”, señaló. Bull también enfatizó la necesidad de una solución originada desde el interior del país, pero con ayuda externa, posibilidad que no se ve favorecida por el actual clima de inestabilidad internacional. Además, descartó una salida violenta al conflicto. La investigadora culminó su intervención señalando que coordinación, consensos y concesiones serán los conceptos básicos para trabajar la crisis y subrayó que Noruega no está “quemada” como mediadora del conflicto y que siempre tiene las “puertas abiertas” para la negociación.
Independientemente del punto de vista individual de los ponentes sobre el conflicto, todos coincidieron en que la solución para lograr una transición pacífica y democrática debe gestarse desde el interior de Venezuela, partiendo por cambios políticos a través de la generación de diálogos y consenso entre oposición y gobierno. Desde esta base, estimaron que los cambios económicos y sociales en Venezuela podrían ser una realidad.